Diario de León

El tribunal de la ONU acusa a un miembro de Hizbolá del asesinato de Hariri

Un abogado tras conocer el fallo de La Haya. KOEN VAN WEEL

Un abogado tras conocer el fallo de La Haya. KOEN VAN WEEL

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«Aceptamos el veredicto del tribunal y ahora queremos que se haga justicia», fue la reacción de Saad Hariri tras conocer la decisión final del Tribunal Especial para el Líbano que juzgó el asesinato de su padre, ocurrido en 2005. El ex primer ministro, presente en la sesión en la Haya, se dirigió a Hizbolá para decirle que «se ha hecho evidente que los asesinos pertenecían a sus filas» y le reclamó «sacrificios».

Los jueces del organismo de Naciones Unidas consideraron «probados los cargos» contra Salim Jamil Ayyash, «simpatizante» de Hizbolá, en la preparación del ataque «con intención homicida» contra Rafik Hariri. El juez presidente David Re declaró que «la Sala de Primera Instancia declara a Ayyash culpable sin ninguna duda razonable como coautor del homicidio intencionado».

La acusación está centrada en Ayyash y no en los líderes de Hizbolá o los responsables del Gobierno de Siria, sobre los que el tribunal aseguró no tener evidencias que confirmen su implicación en el asesinato. La justicia le señala como cabecilla de la célula que se encargó de hacer explotar un camión cargado con 2.500 kilos de explosivo al paso del convoy de Hariri el 14 de febrero de 2005 junto al puerto de Beirut, una acción que acabó con el líder suní del Líbano y con otras 21 personas.

El tribunal admitió que «no actuó solo», pero consideró que sí «tuvo un papel importante en la preparación del ataque». Los otros tres miembros del Partido Dios procesados como cómplices de formar parte en esta operación, Assad Sabra, Hussein Oneissi y Hassan Merhi, fueron absueltos por falta de pruebas. Todos ellos fueron juzgados in absentia porque Hizbolá se negó desde el primer momento a colaborar con el tribunal y denunció que todo formaba parte de un complot internacional. El tribunal imputó a un quinto miembro del Partido de Dios, el comandante Mustafá Badreddine, pero retiró los cargos tras su muerte en Siria en mayo de 2016, donde combatía con las fuerzas leales al presidente Bashar Al Assad.

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