Las 160 cabinas telefónicas activas en León apuran su posible último año de vida

Las 160 cabinas telefónicas de León se acercan a su posible último año de existencia. Las seis primeras unidades llegaron a la capital en agosto de 1966 y se extendieron hasta el último rincón de la provincia. Sin embargo, tras 53 años, la escasa demanda por parte de los usuarios, reducida de manera drástica debido al auge de la telefonía móvil, ha encarecido de forma notable los costes de prestación del servicio.  

El número de cabinas a fecha de hoy en el territorio nacional es de 16.389 y de 760 en Castilla y León. Además, su uso en lo que llevamos de 2019 está por debajo de una llamada al día por teléfono. Telefónica, la compañía responsable de estas unidades, está obligada a mantener al menos una cabina por municipio que alcance un mínimo de mil habitantes.  

Asimismo, este no es el único motivo por el que la compañía ha perdido dinero, ya que estos locutorios se encuentran expuestas a permanentes actos de vandalismo que han generado un incremento imparable de los costes de mantenimiento en los últimos cuatro años, y que en 2018 alcanzó su cifra más alta con 4.5 millones de euros, según confirma la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC).  

Las cabinas telefónicas estaban condenadas a empezar a desaparecer desde el pasado enero, pero contra todo pronóstico, el Consejo de Ministros aprobó a finales de 2018 mantener un año más el servicio universal de estos locutorios. Desde Telefónica aseguran que «se cumplirá estrictamente con el plan establecido, como no puede ser de otra forma». La CNMC se manifestó en contra de esta decisión y llegó a elaborar una solicitud para que el Gobierno se replantease la obligatoriedad del mantenimiento de este servicio.  

La primeras cabinas en España funcionaban con fichas, pero fue a partir de la década de los 60 cuando empezaron a usarse con monedas y ahí comenzó su crecimiento. De los más de cien mil ejemplares que se encontraban activos a principios de siglo, solo quedan algo más de 16.000, y de ellas no se usan ni la mitad. El eurobarómetro elaborado por el Parlamento Europeo el año pasado indicó que el 88% de los ciudadanos españoles nunca había utilizado una cabina, una cifra similar a la media europea. A su vez, otros países del continente como Francia o Bélgica ya han procedido a eliminar la obligación de proveer el servicio de cabinas, incluso teniendo niveles de utilización superiores a los existentes en España. Competencia también aclaró que el 81% de los ciudadanos que respondieron a la consulta pública de la Comisión Europea sobre la reforma de la normativa de telecomunicaciones estaban en desacuerdo con mantener las cabinas dentro del servicio universal.  

No obstante, en algunas comunidades como Andalucía se han buscado soluciones para dar una nueva vida a las cabinas, y Telefónica junto a una pequeña empresa de emprendedores, la startup iUrban, han conseguido transformar algunas de las tradicionales cabinas telefónicas en oficinas turísticas portátiles que sirven también como puntos de recarga de móviles. Además en otras ciudades como Valencia, en las fallas, las cabinas se han utilizado como repetidores o incluso como cargadores de coches eléctricos.  

En cuanto a este tema, de momento no hay planes para León a corto plazo, aunque sí ha habido conversaciones con las autoridades de varias localidades de la provincia para dar una nueva vida útil a parte de ese mobiliario que crea una curiosa estampa urbana y que durante décadas constituyó una herramienta imprescindible para comunicarse con los demás.