Diario de León

INFRAESTRUCTURAS

Adif adjudica 6 millones en obras para la vía de León a Gijón que cerrará en mayo

Emergencia para apuntalar la rampa y tramos de La Robla a Busdongo

Vías del tren en la estación de Busdongo. MIGUEL F. B.

Vías del tren en la estación de Busdongo. MIGUEL F. B.

León

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La rampa de Pajares espera el día del juicio final con la certeza de que no habrá vida al norte de Busdongo ni al sur de Puente de los Fierros; la rampa de Pajares tiene las horas contadas en la sala de paliativos, que no ofrece otra esperanza que la de llagar con dignidad al fin de los días.

La rampa de Pajares no tiene otra forma de entender la inyección económica que acaba de asignar el Gobierno para sostener esta plataforma mayor ferroviaria en las mínimas condiciones necesarias que garanticen seguridad a la circulación de trenes.

Adif acaba de aprobar contratos de obra, dos, por una cuantía superior a los seis millones de euros, para sujetar la vía entre León y Asturias, en ese agujero negro para el ferrocarril en el que ha terminado por convertirse la rampa, que tiene 138 años de vida y un historial de servicio y entrega a la causa ferroviaria de este país que no merece un tratamiento a base a analgésicos.

Paliativos

Hay tramos de vía entre León y Gijón que no aguantan los seis meses de vida que les queda

Así se resumirá el final de vida de un portento de la ingeniería que acaballa los tres últimos siglos, y que va a llegar al final encomendado, que marca el mes de mayo de 2023, en coincidencia con la efeméride de la apertura del túnel de la Variante, con la transfusión sanguínea que permite la dotación de última hora.

La letra del contrato define con exactitud el momento de apuro. Emergencia de las obras y servicios de reparación de la superestructura, debido al mal estado de las traviesas entre diferentes puntos kilométricos de la vía León- Gijón. Que coincide en el encuadre geográfico con diferentes trechos de la rampa, entre Busdongo y Fierros, con la causa que justifica el deslinde de la necesidad.

Seis meses

Adif declara de emergencia la actuación, con contratos para cambiar la estructura

Apuntalar la rampa a seis meses del cierre es un detalle que clarifica por sí mismo el estado de la vía por la que circulan cerca de cuarenta composiciones diarias, de mercancías y viajeros.

Sobre la rampa de Pajares planean ahora planes que son profecías; el plazo de ejecución de la obra de emergencia para la vía León-Gijón es de seis meses; justo, el tiempo de vida que le queda por delante a la estructura objeto de la intervención. Una pizza de demora en la acometida significa que la rampa cerrará con zapatos nuevos sin estrenar.

Adif se muestra más prosaico en el procedimiento administrativo. La frialdad de los números se hace exagerada al ver la cifra final del primero de los contratos adjudicados y formalizados el penúltimo día de noviembre: Cuatro millones, con IVA; más frialdad, con el segundo, con 2,1 millones, que contribuirán a sellar las deficiencias de la estructura ferroviaria de la Rampa.

La estabilidad

Un informe señala riesgos para la seguridad en trechos de la rampa, y por el valle del Bernesga

Una lápida cara, al fina, esta reforma que se presenta por el trámite de emergencia para contagiar un golpe de seguridad según el formato de mínimos que mide la solidez y estabilidad que exige una desplazamiento en tren, aunque el trayecto trate de superar la periferia extrema que parecía que había dejado de serlo gracias al tren.

Tecsa ganó el primero de los contratos licitados por el Gobierno a través de Adif; Comsa, el segundo. Las dos adjudicatarias disponen de tiempo tasado para llegar al momento definitivo de esta vía, que resultó ejemplo de la audacia y el interés por el desarrollo de un país que en el tercio final del siglo XIX tenía mejor definidos que en la actualidad los principios de desarrollo que le mueven en la actualidad.

Tramitación

La obra de emergencia viene a apuntalar raíles en una conexión que va a ser otra vía muerta en León

La inversión en apuntalar la vía se acomete en el momento en el que se ha certificado a través de diferentes posturas y anuncios oficiales que la rampa no tendrá vida más allá de mayo de 2023.

El problema, hasta entonces, es garantizar la viabilidad de este camino de hierro que es la única opción de comunicación de este extremo norte del país desde hace casi siglo y medio.

La inversión, aunque con prescripción de paliativos, se hace oportuna si se suman los incidentes de este trecho en los últimos meses.

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