Adif cambia el paso entre León y Trobajo con el relevo de la pasarela de Miguélez

Un bosque de arcos saludará el paso del tren hacia Asturias, en esa recomposición funcional que experimenta la vieja vía en tránsito al concepto de alta velocidad. La integración urbana ferroviaria va a derivar en nuevos perfiles, distintos a los hasta ahora conocidos, por ser frecuencia de paso para una población posible de 150.000 personas.

La pasarela de Miguélez, ayer tarde, con los preparativos para el derribo. MARCIANO PÉREZ

Adif inicia las obras para desmantelar la pasarela peatonal de Trobajo del Camino, que daba continuidad lineal a los peatones por Párroco Pablo Díez, entre León y la localidad trepalense, la más poblada del municipio de San Andrés. La estructura dijo adiós ayer a medio siglo de servicio; se va a demoler por completo, pilastras y tirantes, para dar lugar en el mismo espacio a un nuevo puente al que se pretende dotar de todas las condiciones y parámetros de la accesibilidad.

Se inicia la retirada de la pasarela en plena secuencia del avance de las obras de integración del tren a la salida de la capital leonesa y en la medianía del alfoz, que apareja del despliegue de vía de alta velocidad, con sus traviesas bibloque y otros condicionantes flexibles para amoldar el paso mixto de la circulación ferroviaria, en extensión de las prestaciones volubles para mercancías y viajeros que se aplicarán en todo el trayecto hasta alcanzar los túneles de la variante, y más.

Comienzo de los trabajos de demolición, la pasada medianoche. L. U.

Esa intervención es parte de la causa que dio origen a este derribo; también, la consecución del nuevo plan de integración de la alta velocidad que dejó a un lado, por falta de financiación, aquel otro ambicioso que pintó las vías soterradas hasta la misma altura de la pasarela del Limonar de Cuba, que iba a aplanar sin obstáculos la línea ferroviaria, ahora definida por el pespunte de pasos elevados e inferiores, como solución inevitable al paso de peatones y vehículos. La permeabilidad, en el argot que acompaña la explicación sobre esta obra.

La integración del tren a la salida norte de la futura estación pasante de León lleva un repertorio técnico que aún no alcanza a ver el final; la pasarela del Camino de Santiago, sobre ese callejón sin salida contra la tapia del tren que hace de paréntesis en plena traza de Párroco Pablo Díez, va a caer en el mismo momento que se abre al peatón el puente que acordona el paso elevado del puente de la N-120; aquel polémico arco que desde hace un año está en el punto de mira de las máquinas excavadoras para hacer posible que el tren AVE se adapte al gálibo de seguridad que la Unión Europea considera adecuado al parámetro de alta velocidad.

La media noche, en plena horquilla de toque de queda, es una hora adecuada para evitar molestias a los habitantes de la zona. En ese horario nocturno se han acometido la mayor parte de las actuaciones mayores de la pasarela provisional, que desde el pasado verano tomó cuerpo junto al puente de circulación rodada, que también va a desaparecer para ampliar el arco que necesitan los trenes.

Y así se despejará el horizonte de las nuevas soluciones de comunicación entre León y Trobajo; la construcción de una nueva pasarela peatonal por el hueco que dejará libre esta vieja estructura, que será derruida a partir del tablero, pilastras y rampas de acceso.

Se construyó en los años 80 con una perspectiva que hoy no tiene encaje en ninguno de los manuales que acompañan las actuaciones de integración ferroviaria; la pasarela de Miguélez, tal y como distingue de forma popular, fue una repercusión colateral del puente de la N-120, que a mitad del siglo pasado se aportó como avance de conectividad tras variar toda la secuencia del tren entre León y San Andrés; hasta entonces, la vía discurría a través de la calle Azorín y el paso a nivel estaba localizado a la altura de la Casilla, al pie de la avenida Quevedo. La curva que traza desde entonces la vía sigue el mismo curso, las mismas soluciones, los mismos horizontes.