Diario de León

Infraestructuras

Cinco años de retraso con la primera medida de seguridad vial en la N-120

Los semáforos con pulsador llegan para aliviar la presión a los peatones en las travesías

Arcos de los semáforos  en mitad de la travesía urbana de San Miguel del Camino. MARCIANO PÉREZ

Arcos de los semáforos en mitad de la travesía urbana de San Miguel del Camino. MARCIANO PÉREZ

León

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Un semáforo con pulsador para acercar las formas de ver el mundo que separa las dos orillas de la N-120; con travesías atestadas de tráfico pesado; y la raya continua que en otoño de 2015 abrió una brecha inabarcable para la movilidad entre la población de estas populosas localidades del cauce de la vía más transitada de la provincia leonesa. Cinco años largos para cumplir la primera promesa que el ministerio del área, antes de Fomento, Transportes ahora, ofreció para compensar los perjuicios que causó aquel ordenamiento sobrevenido, que convirtió la nacional en un embutido de tráfico. Desde aquella raya, nunca volvió a ser igual. Salvo la incidencia de accidentes. El último, se registró bien cerca de uno de los nuevos hitos semafóricos, con una embestida en mitad de un paso de cebra que envió al hospital a la víctima, con heridas de gravedad de las que aún no terminó de recuperarse.

Cadena de presión

El control de semáforos se prometió para aminorar los efectos de la línea continua en 2015

La historia de incidencias y circulación conflictiva más cercana de la N-120 tiene continuidad a través de una cadena de fechas; por el lustro largo, camino de la media docena de años de la implantación de la línea continua de tres kilómetros que enjaula el tráfico, y por la secuencia de mejoras estructurales, que en su mayor parte han derivado en lista negra de promesas incumplidas. Para hacer realidad la que se refería a los semáforos, han hecho falta cinco años y medio. Semáforos con pulsador, para evitar que el peatón se quede a mitad de paso de la calzada al albur de las prisas y la incontinencia del conductor, tentadora y contagiosa en una traza que acumula densidades medias de veinte mil vehículos diarios. Se van a colocar, se colocan ya, a la altura de los pasos pedestres pintados en el valles entre cambios de rasante de San Miguel del Camino, y en Valverde de la Virgen, que lo tiene habilitado casi a la puerta de acceso a la sede del ayuntamiento.

Las alternativas gruesas para completar el repertorio de promesas que se pusieron sobre la mesa para doblar la resistencia local, vecinal, de autoridades municipales y juntas vecinales a la imposición de la línea continua, espera aún en el cajón del Ministerio de Transportes, o de la demarcación de Carreteras que afecta al territorio, también con sede en Valladolid. La rotonda del cruce de Montejos no ha pasado de idea, a pesar de que ya fue trasladada a un boceto.

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