La basura colapsará las calles de León en Navidad

Este miércoles todavía entrarán los camiones con la recogida de la última noche. Pero a partir de mañana, el colapso de las plantas de transferencia repartidas por la provincia empezará a estrangular el sistema que las enlaza con el Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de San Román de la Vega. No más allá del sábado empezará a notarse en las calles, donde ya para Navidad se anuncia un paisaje de contenedores rodeados de bolsas de basura que no caben dentro, con todo el aumento de residuos generados en los negocios y hogares por las fiestas pendiente. La tormenta perfecta está ya desatada.

Salvo acuerdo de última hora, la huelga de los trabajadores del consorcio para la gestión de residuos en la provincia (Gersul) comenzará este miércoles a las 07.00 horas. Esta vez sí, como ya sucedió en la primavera de 2015, la amenaza de los trabajadores se cumple tras meses de avisos, la última vez el pasado septiembre, en los que han insistido en la reclamación de las actualizaciones de sus sueldos, pendientes desde 2012. En mitad del fuego, con los 2,4 millones para cubrir el compromiso ya reconocidos por el organismo, pero con las empresas concesionarias enrocadas en reclamar otros 1,4 millones para desbloquear el pago, los cerca de 170 operarios se plantan.

Con una respuesta unánime durante todo el conflicto, en el que han apoyado las posturas del comité de empresa, los operarios se verán afectados sólo por los servicios mínimos impuestos desde la Diputación desde hoy hasta el 7 de enero. El decreto marca la presencia de 40 operarios: 13 en la recepción de residuos, 11 en el transporte, 4 en recepción y acondicionamiento, 4 en procesos biológicos, 2 en tratamiento primario, 4 en transporte interno y 2 en servicios generales y administración. En todo caso, como saben en la plantilla, insuficientes para dar abasto, lo que provocará colas de camiones a la puerta de las plantas como muy tarde el viernes.

La última intentona de solucionar el problema entretuvo toda la mañana del martes y la primera hora de la tarde. Pero los 1,4 millones que hay de margen entre lo reconocido por Gersul y lo que reclama la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Urbaser y FCC hizo que se levantaran sin acuerdo. Pese a que la distancia se limó ya con respecto a los más de 2 millones que les separaban hace dos meses, la concesionaria insiste en cobrar unas cantidades que los técnicos del organismo público consideran indebidas. 

La suma se divide en tres facturas. La más cuantiosa, cerca del medio millón de euros, se debe al coste laboral de cuatro trabajadores desde el año 2019 a 2021. El consorcio, liderado por la Diputación, defiende que se corresponden con los servicios por la gestión del vaso del CTR, que ya había sido asumida en ese periodo por la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl), dependiente de la Junta. Frente a este argumento, las empresas privadas insisten en que han pagado sus nóminas y han trabajado en las instalaciones.

La discusión continúa también con las horas extra que han percibido los trabajadores en estos 10 últimos años. Los técnicos del consorcio, presidido por el diputado socialista Santiago Dorado, inciden en que no cabe este desembolso, mientras que la empresa se obstina en que ya las han pagado por adelantado porque eran necesarias para cubrir las necesidades del servicio. A mayores, la cuenta se cierra con las facturas por la liquidación de las vacaciones y otros conceptos a los trabajadores temporales durante el periodo que se revisa ahora.

Con estas diferencias, las dos partes se levantaron de la mesa en la reunión que se cerró este martes por la tare en la Diputación, aunque el gerente de la empresa quedó de trasladar a sus superiores en Madrid la oferta. Sólo una respuesta afirmativa a la propuesta de la Diputación pararía la huelga. Si no, la basura ya se anuncia a las puertas.