Casi cuatro años para alcanzar los 300 kilómetros en el viaje a Madrid

La historia de la aplicación del ERTMS como sistema del control del AVE que conecta León y Madrid es tan amplia como el recorrido de esta posibilidad de conexión, en servicio desde el año 2015. A punto de cumplirse cuatro años desde aquella efeméride, que forma parte ya de los acontecimientos ferroviarios más relevantes de la ciudad, el sistema de frenado se ha convertido en este tiempo uno de los elementos más célebres vinculados a la mejora de las estructuras de comunicación de la ciudad; del cambio de control de seguridad de la circulación está pendiente la reducción de diez minutos en el trayecto que cubre la alta velocidad entre las capitales leonesa y madrileña. En en protocolo que debe acompañar su aplicación, Adif ha sido constante. Hay detalle de la media docena de intervenciones programadas en el testaje de la vía, hasta dar a finales de este invierno por completado el proceso, las pruebas que acompañan a la aplicación que vela por la seguridad de los trenes de acuerdo con los parámetros de calidad que dispone la Unión Europea.

Los trabajos de los equipos de tierra del ERTMS de la vía de alta velocidad a León ya se dieron por superados con éxito a finales del pasado verano; sin embargo, las pruebas de fiabilidad con el tren no se pudieron completar de forma definitiva hasta el mes de febrero de este mismo año. La presencia del modelo en la vía entre León y Valladolid, tal y como se ha producido en la última semana, y en las dos últimas noches, es un desajuste en el diseño planificado por los responsables de la infraestructura ferroviaria; hay máquinas del modelo 114 donde deberían circular las del modelo 112, que deben completar un proceso de prueba de más de 10.000 kilómetros para homologar el cambio. La línea del AVE a León está pendiente de la aplicación del ERTMS-2 en más de 160 kilómetros, en los que los convoyes no pueden rebasar los 200 kilómetros por hora. De otra forma, podría llegar a 300 kilómetros por hora.