Diario de León

San Andrés

La desescalada se salda con 10 detenidos por violencia de género en el último mes

La Policía Nacional incrementa las órdenes de protección de 42 a 62 mujeres

León

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El confinamiento no fue fácil para casi ningún ciudadano, pero en el caso de las mujeres maltratadas la situación se volvió insostenible. Por eso, en cuanto las medidas de la cuarentena se relajaron y pudieron empezar a salir a la calle, gran parte de ellas se atrevieron a denunciar. En San Andrés del Rabanedo, la lluvia de acusaciones en el último mes se ha saldado con una decena de detenidos por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, dos de ellos el pasado domingo por supuestas agresiones físicas a sus parejas, según confirman fuentes municipales.

Uno de los ataques se produjo en la plaza de San Marcos de León capital, cuando tras una presunta discusión, él la propinó, según el atestado, golpes en la cabeza y en el cuerpo, además de darla contra los aspersores de agua. La denunciante, de sólo 20 años, acudió posteriormente a relatar los hechos en la Comisaría de San Andrés, donde se constataron los moratones que presuntamente le causó su novio de 19 años. El joven fue detenido en El Crucero y ayer fue puesto en libertad con medidas cautelares.

Dos arrestos el domingo

Un hombre de 31 años y otro de 19 años fueron trasladados a Comisaría como presuntos agresores de sus parejas

El otro arresto que efectuó la Policía Nacional el domingo ligado con la violencia de género también se produjo en El Crucero. La supuesta víctima, de 31 años, llevaba cuatro años con el hombre de la misma edad que presuntamente la maltrató en el domicilio que comparten y con quien tiene un hijo. Según su denuncia, recibió golpes en la cabeza y en un brazo. Tras pasar la noche en el calabozo y pasar a disposición judicial también fue puesto en libertad ayer con medidas cautelares.

Los agentes nacionales de San Andrés del Rabanedo protegían a 42 mujeres antes del confinamiento, número que se ha incrementado a 62 tras la cuarentena descontando varios casos más de presuntas maltratadas físicas o psicológicamente que denunciaron y entraron en el programa de seguimiento policial y después retiraron sus acusaciones y los casos se sobreseyeron.

Los servicios sociales reconocen que la pandemia ha significado «dormir con el enemigo», y que el confinamiento avivó la tensión y el estrés generados por preocupaciones relacionadas con la seguridad, la salud y el dinero. Asimismo, «reforzó el aislamiento de las mujeres que conviven con compañeros violentos, separándolas de las personas y los recursos que mejor pueden ayudarlas. Es la situación perfecta para ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar», señalan.

La directora general de la Mujer de la Junta, Ruth Pindado, explicó ayer en las Cortes que había «pasado unos días de angustia tremenda, porque preveíamos que los casos de violencia de género aumentarían de forma vertiginosa, y lo que al final detectamos fue un aumento en llamadas al 012, algo de repunte en casas de acogida pero nunca se ha superado el 50% de la ocupación de las casas que tenemos», señaló.

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