Diario de León

VATILEAKS 2

Monseñor Vallejo confiesa que su amante lo presionó para que traicionara al papa

El sacerdote, detenido desde hace un mes, publica una carta en la prensa italiana en la que afirma que Francesca es espía. Declara que ella lo sedujo en Florencia en 2014 y, después de tener relaciones sexuales, le empezó a llamar «gusano» e «idiota».

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El caso de la filtración de documentos reservados de la Santa Sede se está convirtiendo en un escándalo en el que no faltan elementos de besteller como las mentiras, la traición y, ahora, el sexo. El juicio que se sigue en el Vaticano fue suspendido ayer hasta el 7 de diciembre por petición de la abogada de la imputada Francesca Chaouqui, mientras la prensa publica cruces de declaraciones y documentos procesales que convierten este proceso en uno de los sucesos más rocambolescos que han traspasado los muros vaticanos. Y como principal protagonista, monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, que saltó a la Santa Sede hace tres años desde su despacho de ecónomo del Obispado de Astorga.

El diario La Repubblica publicó ayer algunos datos sobre un supuesto «documento», depositado por Vallejo para que constase en el sumario, en el que declara haber mantenido relaciones, incluso sexuales, con Chaouqui, y cómo esta después le insulta y presiona para que entregue algunos documentos.

En esta especie de «declaración» y admisión, el sacerdote afirmaría que ante estas presiones filtró los documentos «menos peligrosos, dañinos (para el Vaticano) o de menos valor».

En esta confesión, monseñor asegura que Francesca le aseguró que formaba parte de los servicios secretos de Italia y que su matrimonio era sólo una tapadera. Es más, añade Vallejo que le enseñó una fotografía con la verdadera esposa de quien Francesca dice que es su marido.

El sacerdote —lleva el título de monseñor no por ser obispo, sino por su cargo como secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede— pone por escrito que Chaouqui le sedujo en Florencia el 28 de diciembre de 2014. Él, tras consumar, asegura que se arrepintió y que buscó alejarse de la mujer.

La relación entre los dos se hizo entonces muy difícil. «Me encontré con un psicólogo, quien me dijo que guardara silencio. Ella se volvió violenta y le escribió mensajes como «gusano, eres un gusano» o «eres un idiota».

Chaouqui volvió ayer a asegurar que se trata de «mentiras» y que se querellará con el sacerdote por ello. La relaciones públicas acusó el pasado 28 de noviembre en su perfil de Facebook, donde escribe casi cotidianamente sobre este caso, que «Vallejo entregó a los periodistas el archivo entero del Cosea» al haber visto en Nuzzi «como hizo el mayordomo (de Benedicto XVI) un último recurso para sacudir las conciencias».

Nuzzi, otro de los imputados y autor del libro Via Crucis, hizo público en el programa televisivo que presenta, Quarto Grado, del canal televisivo Retequattro, los mensajes de Whatsapp que intercambiaba con Vallejo. En ellos, según asegura Nuzzi, Vallejo le informaba de que estaba «preocupado» por la situación en el Vaticano, donde le decía que existe «una guerra abierta».

Ante la acusación de haber obtenido la información con métodos «ilícitos», Nuzzi ha declarado siempre que en los mensajes que intercambiaba con Vallejo y que forman parte del sumario se puede observar que nunca «presionó» al sacerdote.

La segunda vista del juicio del llamado caso Vatileaks2, en referencia al proceso contra el mayordomo de Benedicto XVI en 2012 también por robo de documentos, duró sólo 13 minutos, el tiempo para que el presidente del Tribunal, Giuseppe Dalla Torre, decidiese dar cinco días de tiempo a la abogada Laura Sgrò para presentar pruebas y testigos.

En esta segunda audiencia estaba previsto el interrogatorio a uno de los imputados, el sacerdote español y secretario de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (Cosea), el ex ecónomo de Astorga Lucio Ángel Vallejo Balda.

Desde la primera audiencia todo parecía indicar que se trataría de un proceso rápido y que se quería concluir antes de que comenzase el Jubileo, el próximo 8 de diciembre, pero ahora parece que será algo más largo, ya que se prevén, entre otras cosas, decenas de testigos.

Como en la primera audiencia, celebrada el pasado 24 de noviembre, en el Tribunal del Vaticano estuvieron ayer presentes los cinco imputados por filtración y publicación de documentos reservados de la Santa Sede, así como sus abogados.

En el banquillo se sentaron de nuevo Vallejo y Chaouqui, que fue arrestada con el español y puesta posteriormente en libertad el uno de noviembre, junto con el excolaborador del Cosea Nicola Maio y los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, quienes han publicado sendos libros que contienen los documentos reservados del Vaticano por los que se ha abierto el proceso. Vallejo y Chaouqui ni se miraron a la cara.

El papa habló ayer al respecto. Francisco confesó que se había «cometido un error» con el nombramiento de Chaouqui y de Vallejo Balda, aunque la publicación de la información que habrían filtrado a la prensa no ha supuesto para él una sorpresa. «No me ha quitado el sueño porque han hecho ver el trabajo que se ha comenzado para buscar la corrupción y lo que no funciona bien», dijo.

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