Pinilla se movilizará tras seis meses sin soluciones al parón del centro de salud

El barrio de Pinilla no se resigna a ser un mero espectador de la partida de pocker que están disputando la Junta y la empresa adjudicataria de la reforma del centro de salud . Por eso, valoran movilizarse tras el fiasco que supuso esperar durante once años la rehabilitación de un ambulatorio al que están asignados 20.000 usuarios y comprobar cómo se paralizaban las obras casi al arrancar, el pasado septiembre.

El detonante del enfado vecinal es la falta de soluciones durante los últimos seis meses para retomar los trabajos de modernización de las instalaciones, a pesar de estar presupuestados en 2,7 millones de euros. A ello se suma la negativa de la Consejería de Sanidad a reunirse con la asociación de vecinos de Pinilla, como le pidieron el 27 de enero, «por motivos de agenda y por la situación de excepcionalidad del Gobierno en funciones», respondieron.

La organización vecinal ya sabía que las discrepancias entre Sanidad y la empresa surgieron al detectarse un problema de carbonatación en la estructura del edificio que podría provocar que se venga a bajo. Mientras la compañía valoró en medio millón la nueva actuación para evitar que el inmueble se derrumbe, Sacyl encargó un presupuesto alternativo que determinó un coste muy inferior de solo 80.000 euros. De modo que la Junta quiso parcelar la solución con la compañía más barata, pero la adjudicataria no aceptó injerencias externas en su obra y se rompió la baraja.

El gerente de Sacyl, Jesús García-Cruces, reconoce esos hechos en la misiva de respuesta a la asociación y explica que el modificado de obra con la nueva propuesta de importes se ha remitido a Vilor sin que «hasta el momento haya procedido a su aceptación». También resalta que ese trámite «es imprescindible para continuar la ejecución de la obra» y que la Junta «está trabajando para poder reanudar las obras a la mayor brevedad posible», aunque siempre dentro «del marco jurídico establecido por la Ley de Contratos del Sector Público, lo que obliga al cumplimiento estricto de trámites y plazos».

Por eso el presidente de la asociación de Pinilla, David Martínez, ve un maremágnum legal que podría dilatar la reforma del centro de salud durante «demasiado tiempo». Pide rescindir el contrato con Vilor y sacar uno nuevo e incluso derribar el edificio y construir otro, porque «se están empeñando en arreglar un inmueble que tiene cincuenta años y muchas deficiencias y resultaría más barato y más sencillo levantar uno nuevo». Cree que «a este paso seguimos con andamios en 2025». Además de por la falta de avances para impulsar la obra, Martínez también muestra su «indignación» por «el plantón a reunirse con nosotros, para eso no pueden, pero sí para suprimir la ambulancia de noche». Ve que el camino pasa por movilizarse «para no ser tratados como ciudadanos de segunda» y para que se dé solución sanitaria a la población.