Alemania retrasa hasta al año 2025 su descarbonización
UGT pide un pacto nacional para incluir el carbón autóctono en el mix.
dl | león
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, subrayó ayer que su sindicato exigirá al Gobierno central un Pacto de Estado por la Energía en el que el carbón nacional tenga cabida dentro del mix energético, ya que España y sus cuencas mineras especialmente son «energéticamente muy dependientes».
Álvarez se expresó en estos términos en un encuentro con la prensa antes de participar en una convención de delegados del sindicato, en el que ha estado acompañado por el secretario general de UGT de Asturias, Javier Fernández Lanero.
Pepe Álvarez señaló que la descarbonización debe ir ligada a un plan de creación de empleo estable que garantice el futuro, y advirtió de que no aceptará «recursos que vayan destinados a realizar pabellones municipales».
El líder sindical ha apuntado que Alemania se ha fijado como horizonte el año 2050 para el proceso de descarbonización, por lo que «no se entiende que en España quiera llevarse de manera apresurada».
La transición energética planteada supondría un riesgo para el precio de la luz, convirtiéndola en un «bien de lujo», apuntó.
A pesar de que su organización defiende el «desarrollo pleno de las maneras limpias de producción de energía», ha hecho hincapié en la importancia del carbón como «reserva estratégica de país» debido a su dependencia energética.
Por su parte, Fernández Lanero ha recordado que Asturias «se juega mucho» en este proceso de transición, ya que un cierre precipitado traería consecuencias nefastas en diversos ámbitos.
A este respecto, advirtió de la exclusión del carbón en la generación eléctrica supondría un encarecimiento adicional de la electricidad, que ya es un 30% más cara que en Alemania, aseguró.
Una situación que pondría en riesgo la competitividad de las empresas electrointensivas y que conllevaría la deslocalización de muchas de ellas, ha añadido.
Por este motivo, ha pedido al Gobierno central «respeto para Asturias» y por su singularidad en este proceso, que debe ser «justo» y «negociado con los agentes sociales», sin excluir el carbón autóctono.