La asociación de empresarios localiza el nexo del municipio con el Camino de Santiago

La Asociación de Autónomos y Empresarios de Carrizo de la Ribera quiere aprovechar el tirón del turismo para impulsar la comarca, un objetivo que se plantean a través de una de las fuentes de atracción turística más relevantes de la provincia, el Camino de Santiago.

A la luz de un minucioso estudio impulsado por su presidente, Carlos López, el colectivo considera que su municipio dista de la capital leonesa la «distancia perfecta» para convertir el recorrido en una etapa de la Ruta Jacobea, alegando que el municipio tiene logística «más que suficiente» para acoger a los peregrinos sin necesidad de ejecutar infraestructuras adicionales.

«La asociación lleva años investigando y recabando información referente a la ruta del Camino de Santiago que, durante la Edad Media, pasaba por Carrizo, y que compartía con otras rutas hasta la ‘oficialización’ del llamado Camino Francés», aclara López, quien asegura que un papel fundamental en esta empresa lo jugará el monasterio cisterciense de Santa María de Carrizo.

Para ello, la asociación utilizará la bibliografía existente al respecto, obras de historiadores, lingüistas y sociólogos, cuyo análisis ha supuesto una «ardua tarea» al tratarse en muchos casos de textos antiguos.

«Nuestro punto de partida es la fecha de fundación del monasterio, hacia el año 1176 con doña Estefanía Ramírez y Ponce de Minerva como precursores», señala López, quien añade que el recinto constaba, además, de mesón, cárcel y hospital de peregrinos, también conocido como hospital de pobres. A la sombra del monasterio, los alrededores se nutrieron en pocos años de vecinos del antiguo pueblo de Villar de las Ollas, según las investigaciones recabadas por la asociación de empresarios.

Esta ruta se convierte en vía de comunicación y negocios, a través de un recorrido plagado de ventas, mesones, posadas, conventos y otros monasterios en donde peregrinos y comerciantes recibían paz, reposo, ropas y alimentos.

La ruta de Carrizo es también conocida como la ruta de Cerezal, debido a que la entrada a tierras bercianas se realizaba por Cerezal de Tremor, a través de las tierras de la Cepeda, un camino hacia Santiago que fue uno de los más utilizados debido a su orografía «más suave y recta» que permitía salvar el puerto del Manzanal.

Así, según López, peregrinos, comerciantes y arrieros de tierras gallegas y leonesas usaban esta ruta de manera recíproca. El presidente de la asociación añade que la ruta «probablemente fuera abierta por los romanos por sus extracciones auríferas». Coinciden en el paso por el antiguo puente de Carrizo, ubicado al lado del actual puente de la variante, la ruta hacia las médulas de Villaviciosa de la Ribera y la ruta de la Cepeda, «donde también existían minas de oro. También fue utilizada, asegura, por el conde de Gatón en su función repobladora.

También asegura el estudio que en Carrizo consta un enlace a uno de los ramales del Camino de Santiago del Norte, el camino de San Salvador.

«Hemos deducido que el puente romano de carrizo era un punto estratégico y nudo de comunicaciones, y que influiría a la hora del asentamiento del monasterio», señala. De la importancia del paso da fe que para construir y reparar el puente se usaban árboles de gran calidad, muy cotizados en todo el entorno.

Dentro de los términos del actual municipio de Carrizo se han encontrados numerosos topónimos, caminos y signos que demuestran que era vía de peregrinación. También la comarca de la Cepeda existen diversos vestigios de la peregrinación a Santiago, como el cruceiro de Quintana del Castillo, «donde se unían rutas de diversa índoles».

De la cartografía recopilada se infiere que había dos rutas principales que llegaban a Carrizo desde la capital, una por Velilla de la Reina y otra por Montejos. Esta última llegaría a Carrizo por Villanueva, cruzaría el puente romano sobre el Órbigo y entraría hacia Carrizo en dirección al monasterio por la carrera de Carrecino. «Para partir de Carrizo en dirección a la Cepeda tendríamos dos posibles rutas, una por la carrera del Villar y otra por la carrera del Calle. Posteriormente nos encontraríamos los pueblos de Villar y San Miguel de las Ollas, Morrioncillo, Riofrío, Ferreras, Sueros, Donillas, Villameca, Culebros, Requejos, Villagatón, Brañuelas y Cereza de Tremor», señala el estudio, que refiere que de todos ellos se conoce su ubicación exacta excepto de Morrioncillo, un pueblo que califican de «desconcertante» porque, aunque fue cartografiado en 1786, «no quedan ruinas o vestigios de su ubicación».

De todo lo investigado, la asociación infiere que esta ruta sería «una de las más singulares dado que su discurrir se produce por plantaciones de lúpulo, lo que la distinguiría y aportaría un valor añadido».

Para apoyar esta iniciativa, la asociación asegura que tirará de «ingenio» y de hecho, ya tiene desarrollado un Plan Turístico Rural y de Ocio, en el que se pone de manifiesto el potencial turístico de Carrizo. En este sentido, refieren las tumbas megalíticas y los fornos sarracenos de Villanueva de Carrizo, los restos romanos de La Milla del Río, y el castillo de Carrizo y la ermita del Villar.