Compromiso global, sacrificios locales
El PSOE leonés defiende que el compromiso de reducción de las emisiones de efecto invernadero es «global y mundial», y «no puede atacarse a través de terminar con una producción tan ridícula como los 4,5 millones de toneladas de producción que el Gobierno considera que tendrá el sector minero español. A escala global eso no representa absolutamente nada, pero desde el punto de vista territorial será determinante para el futuro de comarcas rurales afectadas por la despoblación y el abandono».
El sector minero defiende que si el backlouding se aprueba no se incentivará el desarrollo de tecnologías más eficientes desde el punto de vista medioambiental, y sólo «desplazará al carbón del mix contra el gas natural importado, provocando una bajada de precios de carbón para tener oportunidad de mercado, truncando la competitividad del sector carbonero nacional».
La situación actual de los mercados de emisión de CO2 favorece al carbón, ya que sus costes de generación son hoy mucho más baratos que los de los grupos de gas. Alrededor de 50 euros por kilovatio en el carbón nacional, frente a los casi 70 de los ciclos combinados.
Si se aprueba la propuesta comunitaria y el precio de la tonelada de CO2 sube de los 3 euros actuales a entre 20 y 25, el coste variable de una central de carbón oscilaría entre los 68 y los 80 euros por megavatio; mientras que en los ciclos combinados el precio pasaría a ser de entre 75 y 80 euros por megavatio (producen menos emisiones de CO2).