Diario de León

«Me cogieron en volandas y me dieron un ‘cayadazo’ tremendo»

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El que fuera candidato de Ecolo Verdes en Caboalles de Abajo en las pasadas elecciones municipales, Emilio Santiago Gómez, ha denunciado ante la Guardia Civil que sufrió una agresión el pasado martes por parte de dos encapuchados que, además, intentaron quemar su granja. «Tiraron una botella con gasolina al techo del pajar. Sentí al perro que ladraba y salí de la finca con una pala de dientes. Un bigardo de gimnasio me cogió en volandas igualito que a un muñeco, me levantó y le clavé la pala en el muslo, al tiempo que me daban un ‘cayadazo’ tremendo», comenta. Tras propinarle una paliza, uno de los agresores huyó en un vehículo, mientras el otro lo hacía a través del emblemático pozo María, cercano a la granja. «Iban con monos azules y encapuchados porque sólo se les veía el claro de los ojos. La suerte fue que la botella no ardió, pero quienes la tiraron sabían dónde lo hacían, sobre el pajar, donde se acumulan más de 3.000 alpacas junto a una casa de 100 años de madera. ¡La que se podía haber preparado!. Yo acabé en Urgencias (del centro de salud) para que me curaran y luego vino la Guardia Civil y la Policía Judicial a investigar». El afectado afirmó en declaraciones a Efe que los agresores eran «sicarios del empresario minero Victorino Alonso».

Reincidentes. No es la primera vez que Emilio Sangiago Gómez sufre un ataque. Poco antes de los últimos comicios, los vándalos escribieron a brochazos sobre sus caballos insultos y amenazas. También utilizaron una pared de un cobertizo y una puerta de hierro para pintar «cuidao con la familia» y «verde, te vamos a romper las piernas». El pasado día 7, asegura que envenenaron a tres de sus mastines, «pero el viaje del martes se salió del tiesto. La situación se les ha ido de las manos y las formaciones políticas en lugar de apaciguar los ánimos, los alientan. Estos tíos se toman dos cubalibres y se creen ya los más valientes del mundo», lamenta.

Gómez cree que la situación que se está viviendo en Laciana «es similar a cuando Hitler marcaba las casas de los judíos». También vaticina que «puede ir a más». Desde hace años, soporta sabotajes a las ruedas de sus tractores e insultos por su oposición a los cielos abiertos, pero entiende «que esta vez se han pasado de la raya».

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