Diario de León

ARTE EN LA COCINA

La cocina del Bierzo conquista de capital Sergi Arola explotará el restaurante del Reina Sofía

Prada a Tope ofrece una extraordinaria muestra de la gastronomía y los productos bercianos

CUEVAS

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Publicado por
MARCELINO CUEVAS | Texto
León

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B eatriz y Luciano encabezan la nómina de Prada a Tope en su versión de la capital leonesa. Beatriz y Luciano, que vinieron de la tierra donde El Bierzo y La Cabrera se tocan, han sabido ganarse a pulso el favor de su enrome clientela y han sabido, también, mantener e incluso ampliar las probadas calidades y cualidades que inventó allá por Cacabelos, pueblo de ilustre pasado romano, el inefable Parada. En un escenario enormemente original, donde se muestra en todo su esplendor el barroco «pradense», se puede disfrutar de una enorme oferta gastronómica que comienza con los productos que elaborados artesanalmente por la casa central en su factoría del palacio de Canedo, y que termina, pasando por toda la variada colección de vinos y licores propios de la marca, en una corta pero bien elaborada carta creada base de la mejor tradición berciana. Son los platos de Prada a Tope tan sencillos como contundentes, y basados siempre en la enorme calidad de las materias primas. Dicen Beatriz y Luciano, que «lo que queremos es que el que coma en nuestra casa salga satisfecho, preferimos que sobre un poco a que alguien pueda quedarse con hambre. Aquí preparamos las cosas y las servimos como en nuestra propia casa lo hacemos con nuestros amigos, con todo el cariño e intentando poner siempre sobre la mesa lo mejor». Advierte este feliz matrimonio que «no tenemos gran variedad de platos, te ofrecemos pocos, pero eso sí, te damos la calidad y la sencillez de las cosas hechas desde y para el pueblo». La mejor manera de disfrutar de la gastronomía de Prada a Tope es probar su menú degustación, que esta compuesto por embutidos de la casa, pimientos de Prada (asados y pelados a mano), empanada de batallón; botillo de Cacabelos, costillas adobadas o trucha (a elegir), crema de limón con castañas, media botella de vino Prada por persona, café y agua plácida, todo por el módico precio de 21,50 euros. Otra opción, no menos interesante, es pedir raciones variadas, en las que se pueden elegir entre otras especialidades, lacón de la casa, pimientos asados, tortilla guisada, tortilla con pimientos, morcilla de León, ensalada a Tope, puerros de Sahagún con pimientos o su sensacional revuelto de cecina y pimientos. En carnes pueden seleccionar entre su botillo al estilote Cacabelos, costillas de matanza adobadas, filete a tope de buey, chuleta de ternera, chuletas de cordero a la plancha, chicos con cachelos, chorizo al vino y huevos fritos con chorizo. En pescados, el congrio al ajo arriero, las truchas con pimientos y el bacalao a Tope, todos ellos típicamente incrustados en la gastronomía tradicional leonesa. La lista de postres es la más larga de la oferta de Prada a Tope: crema de limón con castañas, castañas en almíbar, higos zoupeiros dulces, queso de oveja con membrillo, peras al vino, arroz con leche, natillas a tope y cerezas en aguardiente. Toda una colección de dulces sugerencias. Y, finalmente, el menú a Tope, el plato del día en el que por 10,50 euros, se puede escoger entre caldo de vendimia, sopa de cocido, entremeses, ensalada y empanada de batallón, como primeros. costilla adobada, botillo, chicos con cachelos y trucha, de segundos. Natillas, arroz con leche o crema de limón de postre. Y, naturalmente, vino de la casa, que es un gran vino, y café. Beatriz y Luciano son felices ofreciendo a todos la posibilidad de disfrutar de la mejor cocina tradicional leonesa, la mejor cocina y los mejores productos del Bierzo, los mismos que Prada, desde su palacio de Canedo, ha hecho famosos en el mundo entero. |||| A partir de septiembre, cuando se inaugure el nuevo edificio de Jean Nouvel, el restaurador catalán, aunque afincado en Madrid, Sergi Arola, propietario de La Broche, será quien explote el restaurante del Museo Reina Sofía diseñado por el arquitecto francés dentro de su ampliación. Al Arola, como se llamará el nuevo local madrileño, con capacidad para 140 personas, se podrá acudir tanto a mediodía, mientras el museo esté abierto, como por la noche, pues tendrá acceso desde la calle. Y si en las horas diurnas la oferta consistirá en platos prácticos, con las tapas como aliadas, para que la gente pueda seguir con su visita, la noche será el momento de los menús más sofisticados. Así lo explicó ayer este restaurador de 37 años, que comenzó en restaurantes como Ca'l Boter, de Barcelona, y El Bullí, de Ferrán Adriá, y cuyo restaurante La Broche tiene dos estrellas en la guía Michelín. Arola firmó el acuerdo de cesión de explotación con su socio en el proyecto, Ambrosio Aznar, de Occidental Hoteles, y con la directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar. Decorado por Luis Vidal, el nuevo restaurante tendrá una iluminación indirecta proveniente de las barras y del suelo, y en sus mesas habrá lámparas inalámbricas, las primeras que se utilizan en España. La ropa del personal, en tela vaquera, la ha diseñado David Delfín, y la imagen corporativa ha sido obra de Susana Vara. El Arola contará además con una excelente bodega y una gran selección internacional de vinos realizada por Jesús Cobo, sumiller de La Broche. La directora del Museo manifestó su «gran satisfacción por poder contar con uno de los primeros restauradores del país, de reconocido prestigio internacional» para este nuevo proyecto, que dará un valor añadido al Reina Sofía y mejorará la acogida de su creciente número de visitantes: más de 1,4 millones el pasado año. Madrid en el mundo Arola dijo que el proyecto es «una oportunidad para que Madrid, la mejor ciudad del mundo, sea mejor de lo que es», y contó haberlo concebido «aplicando lo aprendido como jefe de cocina, pero pensando sobre todo como usuario», esto es, buscando «el que a uno le traten bien y esté a gusto, pero sin necesidad de ceremonias iniciáticas en torno a la gastronomía». Con este proyecto, «el que con más cariño he afrontado en mi vida», Arola aspira a dar «otra dimensión diferente al museo», contando para ello con el espacio diseñado por Nouvel como aliado, el cual, por su espectacularidad, supone a la vez «un reto añadido».

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