‘NOSOTRAS’ EN EL BIERZO

Nueve mujeres, nueve profesoras de instituto —algunas ya jubiladas— y nueve licenciadas en Bellas Artes. Son Nosotras. Una red artística que sostiene la labor individual de nueve pintoras con esos tres lazos en común. Nosotras son también obras colectivas, como la de Centro desplazado, que se puede ver en el villafranquino palacio de Torquemada.

En este edificio del barroco italiano, único en la provincia de León, se abrió hace ocho años la galería estival que impulsan Ignacio Ferrari y Paloma de Villota. Nosotras abre la temporada que seguirá con otras exposiciones con obra de Luis Gómez Domingo.

Es Nosotras un grito de libertad de estas nueve mujeres que «después de atender nuestras funciones domésticas y de la vida decidimos decir lo que queríamos decir», tal y como explicaron en el acto de presentación.

Adela Pérez, Ana López, Araceli Larrán, Encarna Campesino, Eulalia Parra, Itxaso Garmendia, Olga Llamas, Pilar Fornes y Tránsito Esteban integran este colectivo que expone obra nueva cada dos años —este próximo otoño vuelven a El Albéitar , su espacio ‘natural’ — en el que «cada una mantiene su manera de expresarse».

Y así es. Son nueve miradas al mundo que expresan sus mundos particulares, con texturas, materiales y discursos creativos que son un canto a la libertad individual y que no temen que ninguna oscurezca su obra. La magia de este grupo es que a pesar de las divergencias de pensamiento se han mantenido fieles a la idea de crear algo juntas, aunque por separado, al menos una vez cada dos años en torno a un tema común.

Un total de 28 obras se exhiben en las paredes de este palacio restaurado que abre sus puertas al público todos los veranos. ‘Invierno’ y ‘Palabra de honor’ de Tránsito Esteban, tres obras sin título de Olga Llamas, ‘Reflejos de pez’, ‘Fragmentos en el agua’ y ‘En el paisaje’, de Araceli Larrán, tres cuadros de la serie Ventanas de Encarnación Campesino Bilbao, ‘Aquellas torres’ , ‘En la bruma’ y ‘Espantallo I y II’, de Eulalia Parra Castañeda, dos obras sin título de Ana López Parra, ‘Voy de guay’, ‘Cielos o mares’ , ‘¡Dónde estás Jonás?!’ y ‘Solidaridad siglo XXI’, de Adela Pérez Piñó, ‘Aquellos tiempos’ y ‘La tiranía de los objetos’ de Itxaso Garmendia, ‘Homenaje a Charlotte Perkins (La habitación de papel amarillo)’ y ‘Homenaje al gran artista y skater australiano Shaun Gladwell’, de Pilar Fornes, componen la muestra de ‘Nosotras’ en la Galería de Arte Palacio de Torquemada de Villafranca del Bierzo.

Son obras en las que el color y los seres fantásticos de Olga Llamas conviven con la ternura e instrospección de los óleos y acrílicos de Pilar Fornes o la experimentación con el grabado de Adela Pérez Piñó. Los palés de madera son transformados por Itxaso Garmendia Pizarro en instalaciones que la mirada de quien las contempla como integrando al público en la obra.

En ‘Nosotras’ confluyen los estilos y las geografías. Mujeres que llegaron a León para dar clase y otras que han salido de León a otras provincias para ejercer la misma profesión. El deseo de contar en esta ocasión con mujeres artistas en la galería del Palacio de Torquemada fue lo que movió a que llegara esta muestra de Nosotras a Villafranca del Bierzo. Y lo hicieron acompañadas de otra mujer, la arquitecta Pura Moreno Moreno, profesora de Proyectos de la Universidad Politécnica de Cartagena, que hizo un recorrido por las aportaciones de las mujeres a la mejora de la vida cotidiana en general y en particular de las propias mujeres al focalizar sus intereses en espacios domésticos o tradicionalmente relegados a las mujeres.

‘Del cuerpo a la ciudad: factores políticos en el proyecto de las arquitctas pioneras del siglo XX’ es el título de la ponencia en la que la exporta aborda, desde la escala más íntima, del cuerpo, al diseño de mobiliario y de complejos vacacionales, salas de parto o apartamentos sin cocina que dieron solución a las primeras dos semanas de vacaciones pagadas logradas en Francia con el Frente Popular en los años 30 o las nuevas demandas de la población femenina a la hora de dar a luz o reivindicar espacios de conciliación de la vida privada y familiar con el trabajo y la esfera pública. Un debate que sigue abierto en una sociedad donde la igualdad es un reto.