Diario de León
TERREMOTO EN PONFERRADA

Destituido el entrenador de la Deportiva, Íñigo Vélez de Mendizábal

La abuela de León cumple 111 años

La persona más longeva de León viva nació un 24 de marzo de 1912 en San Justo de los Oteros

Ángeles de la Fuente cumple 111 años. RAMIRO

Ángeles de la Fuente cumple 111 años. RAMIRO

León

Creado:

Actualizado:

Ángeles de la Fuente, la persona más anciana de León , cumplie hoy 111 años. Nacida en San Justo de los Oteros, al poco tiempo la familia se trasladó a Grajalejo de las Matas porque «mi padre tenía oficio —era herrador— y le llevaron los Piñanes, que eran los ricos del pueblo», relata en la víspera de su cumpleaños.

Fue la mayor de 12 hermanos y a la que, siguiendo el rol femenino de la época, le tocó tirar de los demás. «Fui a la escuela de mis hermanos», cuenta, porque «cuando no estaba enfermo uno estaba enferma mi madre». Pero lo poco que fue le cundió. Ya decía su maestro que «sabía yo más que otras que iban todos los días». La afición por leer la ha tenido toda la vida, hasta que la vista dejó de acompañarla.

También disfrutó de muchas alegrías, sobre todo con la música. Su padre tenía una banda y tocaba el clarinete y la dulzaina.  Ella bailaba y cantaba. Todavía ahora hace falta rogarle muy poco para que se arranque a cantar.

En su memoria supercentenaria se alojan coplas y jotas variadas. «Ya se va a meter el sol y hacen sombra los terrones; ya se entristecen los amos y se alegran los peones», recita con deleite y de forma espontánea, causando asombro a cuantos le oyen en el vestíbulo de la residencia pública de Armunia, donde reside desde hace 17 años. Detrás de una viene otra: «Pájaro que estás cantando en el balcón de esa dama, levanta esa voz que está muy lejos la cama».

Los cantares le arrancan una sonrisa aunque tiene «la pierna amolada», se queja. Ángeles asegura que no hay que hacer nada especial para llegar a su edad. «Eso es la naturaleza de cada persona. Y lo que ha vivido y lo que ha trabajado», añade. Los años, asegura, «dejan huella a todo el mundo, a cada uno lo de él». 

Ángeles de la Fuente ha sobrevivido a dos pandemias, la de la gripe española y el covid, pero ella dice que lo verdaderamente duro fue la época de la Guerra Civil. «Mi marido tuvo que marchar y estuvo tres años sin saber si estaba vivo o muerto», ha relatado. Por entonces tenía dos hijos, José y Cayetano, el único que aún vive. Tuvo que ganarse la vida fregando las escaleras en la casa de la calle del Caño, del barrio de San Esteban donde residían, y cosiendo pantalones.

José Rodríguez Muñiz, su marido, se chupó la guerra y cuatro años más de mili. Después vinieron dos niñas mellizas que fallecieron de pequeñitas. Aún se acuerda sus niñas. De la vida de antes recuerda que se andaba en madreñas o que «iban tres en una bicicleta, no había tantos coches como ahora». Y los progresos que hizo su padre cuando compró la primera máquina aventadora (para el cereal) y otros aperos de labranza mecanizados en una fábrica de Vitoria.

No es amiga de dar consejos a nadie. «Que me los den a mí», dice. Pero deja un recado a la juventud: «Que corran mundo, que es lo más bonito». En este punto recuerda que «quien no va a Roma una vez en la vida no conoció mundo». Ella no pudo ir, le hubiera gustado subirse a un avión y viajar. Pero tampoco se lamenta: «Estoy enamorada de León, no tiene nada que envidiar a ninguna ciudad en comercios, ni en jardinerías y tiene unas entradas muy bonitas todas...». Y empieza a mencionar  una retahíla de lugares como Santa Ana, Puerta Obispo, El Corte Inglés que hace muchos años que no frecuenta físicamente pero permanecen vívidos en su memoria. También recuerda las fiestas de antaño en los alrededores de León (Armunia, Villabalter...), «lo pasábamos muy bien». 

Ángeles dice que siempre está aprendiendo y está sorprendida de haber descubierto recientemente que «el papel lo hacen de los árboles». Y no se cree que sea la abuela de León, «tiene que haber más que yo», dice entre incrédula y orgullosa por ostentar este título de longevidad en la provincia. En la residencia de Armunia hay cuatro personas de más de cien años y otras dos entrarán en el centenario a lo largo de este año. Hoy el personal de este centro público y la familia  se volcarán en la fiesta de que disfrutará Ángeles, junto a los y las residentes, amenizados por la dulzaina y el tamboril con música tradicional leonesa. Para celebrar los tres palitos, Ángeles cuenta con la compañía de su hijo Cayetano y su nuera Valeria y sus nietos Javier y Karina, que han venido desde Finlandia y no les tendrá que ver «por ese cacharro» (la tablet).

Ángeles no se cree que sea la persona más longeva de León. «Tiene que haber más», dice entre incrédula y orgullosa de ostentar este título que le ha otorgado su naturaleza y que ella mantiene con su recio carácter y la alegría de la música y el baila, porque aunque tiene la pierna «amolada», mueve los brazos aún con mucha gracia. 

tracking