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Sólo el séquito oficial y las mujeres de la Plataforma del Soterramiento de Trobajo del Camino esperaban a la reina a su llegada a León. A la salida, la dama regia desplegó su calor humano. En el hall del Auditorio dedicó tiempo a pacientes con enfermedades raras y sus familias, que acapararon su atención durante más de tres cuartos de hora. La reina tuvo palabras de aliento especialmente con los más pequeños que se aproximaban a Letizia junto a sus familias. Se paró y posó con los miembros de las asociaciones de enfermedades raras que pertenecen a Feder. Al delegado de los policías locales con discapacidad sobrevenida, José Antonio Martínez, le dio apoyo para el objetivo de que sean reubicados en puestos adaptados. La jornada terminó con piropos y ovaciones: « ¡Guapa! ¡Guapa! Viva la reina!», le dijeron varias mujeres entre la multitud que se agolpó a las puertas. «Encantada», dijo doña Letizia a Odolinda, de 91 años, que salió de la residencia en su silla de ruedas acompañada por su hija. La reina fue recibida por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el alcalde, José Antonio Diez, y el presidente de Feder, Juan Carrión. El presidente de la Diputación, Eduardo Morán, y otras autoridades le saludaron también a la reina.