Diario de León
Publicado por
Luisa Inés Prada Fernández
León

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Es duro ejercer de Casandra, pues como ya conocen ustedes, a esta pitonisa la tomaron por loca sus propios compatriotas, los troyanos, cuando les vaticinó su derrota, despreciándola, y sin quererla escuchar, hasta que los Aqueos introdujeron el regalo envenenado del caballo de madera que invadió su ciudad y la destruyó. Nadie quiere oír las malas noticias ni los malos augurios de cualquiera, ya sea un buen periodista, un amigo o tus propios parientes. Es por eso que muchos políticos prefieren engañar a sus votantes antes que decirles la verdad de la situación económica o financiera, como ya pasó con Solbes y Pizarro en el debate anterior a la crisis de 2008, y no se creyó al que decía la verdad, y nos estaba pidiendo apretarse el cinturó. Se escogió votar al que les estaba mintiendo y diciendo lo que la gente quería oír, que «España iba bien».

Los ciudadanos poco formados prefieren que les prometan el oro y el moro y que no les abran los ojos hablando de desgracias, como de penuria empresarial deuda pública etc.

El «sangre, sudor y lágrimas», que prometió Winston Churchil» para salir de la depresión de la Segunda Guerra Mundial, ya no se estila. Ahora se espera el mana Europeo, o las subvenciones fáciles para subsistir.

Las soluciones para paliar los efectos económicos que ha producido esta pandemia, no se basan, ni mucho menos en esfuerzo, trabajo, ahorro y emprendimiento, si no todo lo contrario: pasar de curso sin aprobar; subvenciones a los jóvenes en forma de bonos culturales sin ganárselos, etc. Pero eso sí, no les dicen que para darles a ellos esas subvenciones, hay que subir los impuestos recaudados con las ganancias de un trabajo realizado por sus padres con el sudor de su frente empobreciendo aún mas a la clase media española.

Además de reconvertirlo en un «hotelito con encanto», los leoneses nos íbamos a quedar sin poder disfrutar de San Marcos

No obstante, éstas son malas noticias que no se dicen porque no dan votos, silenciando así a las Casandras de turno, diciendo que están locas o son «fascistas», que es una palabra muy de moda cuando se quiere faltar a alguien, que tiene planteamientos firmes y contundentes. Y resulta ahora que las fuerzas armadas, también son fascistas porque son disciplinadas, y como cumplieron a rajatabla con su deber en las manifestaciones, tienen que poner una ley mordaza ad hoc , y tiene que desaparecer de Cataluña la Policía Nacional.

Por cierto, que no puedo por menos de anunciarles que como ya vaticiné en su día, y nadie me hizo caso igual que a las pitonisas que predicen malos augurios, que el Hostal de San Marcos, monumento nacional y la más importante joya del Plateresco español, ya no puede ser visitado si no estás alojado en él; por lo tanto, los leoneses que quieran hacer una visita turística o hacerse una foto el día de su boda, pues tendrán que aguantarse, o pedir licencia a la superioridad, si quieren ver lo que hay más allá del atrio y la cafetería.

No sé de donde vienen estas nuevas normas, pero los paradores que son como el de León patrimonio nacional, son todos visitables, como puede ser el de Santiago de Compostela (cumpliendo ciertas normas por supuesto).

¿Somos los leoneses ciudadanos de segunda que ya no podemos visitar nuestros propios monumentos? Ya os decía yo, que además de reconvertirlo en un «hotelito con encanto» (como dice una columnista de este mismo medio), los leoneses nos íbamos a quedar sin poder disfrutar de San Marcos.

¿Qué vamos a hacer para que se nos respete? Pues nada, como somos así de pasotas seguiremos tragando, y quedándonos cada vez con menos patrimonio y autoridad.

Seguiré ejerciendo de Casandra hasta que alguien con cabeza y sentido común me haga caso. Perdonen mi osadía, pero no puedo evitar quejarme cuando veo un agravio comparativo para con los leoneses de a pie.

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