Diario de León
Publicado por
Juan Llor Baños, medicina interna
León

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¡Qué importante es la higiene corporal! La prevención de un sinnúmero de enfermedades está en juego y depende de ella. Pienso que nuestra civilización la tiene bastante bien incorporada. No en balde cuando estalló la pandemia del Covid-19, fue muy significativo que los productos que se agotaron más rápidamente por un interés desmesurado de acopio, fueron los que miraban a la higiene personal. Sólo basta acordarse, por ejemplo, que en pocos días desaparecieron, con horror de todos, los suministros de papel higiénico, entre otros, que hubo que solventar con la mayor urgencia.

Pero si para la higiene corporal sobran argumentos que hagan apreciar su importancia, no podemos menospreciar los argumentos que revalorizan la higiene mental. Pienso que, si cabe, tienen más importancia y mayor transcendencia.

No estar atentos a cuidar la higiene mental puede acarrear alteraciones, e incluso si persistiesen, enfermedades, que atentan al equilibrio y la fortaleza psíquica personal. Cómo fomentar la higiene mental, al igual que en la corporal, tiene mucha relación con evitar la suciedad, en este caso psíquica. Para ello, unos elementos a considerar pueden ser útiles: 1) dormir bien y ejercicio físico: un cuerpo descansado dispone al sosiego y a la serenidad; 2) fomentar la confianza en los demás: no somos los únicos que hacemos bien las cosas, ni somos imprescindibles; 3) convencerse que tienen mucha más importancia las noticias positivas que a las negativas; 4) una autoestima acertada: generalmente en nuestra actuación tenemos más motivos para agradecer que para culparnos; 5) sonreír habitualmente: proviene de mantener una actitud positiva, y comprobar que siempre origina más alegría dar que recibir; y especialmente 6) una fidelidad matrimonial con el sentido común: que admitiendo la diversidad de opiniones, no admite la incoherencia sin base. Ésta ensucia mucho la mente y es antihigiénica.

Así, por ejemplo, pienso que actualmente estamos bajo un síndrome de estrés postraumático de pánico, tras el shock inicial, de la pandemia Covid-19 que, entre otras cosas, propicia subrayar excesivamente el distanciamiento, y puede que caigamos en algo mucho peor como es una intranquilidad sin freno, que fomentado por los medios, siempre acaba por desestabilizar y estrellar la serenidad propia y la de los demás. Debemos diariamente procurar cuidar la higiene mental.

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