Las pallozas vuelan en Balouta
Fuertes rachas de viento provocan graves destrozos en tres de las ancestrales construcciones y un hórreo del conjunto mejor conservado del valle de Ancares .
Un vecino, el propietario del centro de turismo rural y el pedáneo contemplan el agujero dejado por el viento en una palloza.
La aldea de Balouta, en uno de los rincones más recónditos de Los Ancares, atesora uno de los conjuntos mejores conservados de las ancestrales construcciones autóctonas de este valle, las pallozas. Tres de ellas y un hórreo sufrieron sin embargo graves desperfectos el pasado martes. Las fuertes rachas de viento que azotaron la zona a lo largo de la tarde y también de la noche levantaron las techumbres de paja que distinguen a estas edificaciones circulares de piedra, declaradas como Bien de Interés Cultural (BIC) por su valor arquitectónico y etnológico.
Las secuelas de las ráfagas de viento todavía podían contemplarse durante la mañana de ayer jueves, diseminadas por la callejuelas de esta población del municipio de Candín. Según el alcalde, el popular José Antonio Álvarez Cachón, Algunas ráfagas llegaron a alcanzar velocidades de casi cien kilómetros por hora. Para el regidor, los destrozos suponen un auténtico «desastre». Lo mismo que para algunos lugareños de una población que no sobresapa los trece vecinos.
Balouta preserva media docena de pallozas originales así como un singular hórreo con techo de paja que también ha resultado dañado por el episodio meteorológico del martes. El conjunto se ha convertido en uno de los grandes alicientes turísticos de los visitantes que buscan el solazamiento y el sosiego en Los Ancares.
Aunque las pallozas son de titularidad particular, algunas de ellas están cedidas al Ayuntamiento para su aprovechamiento turístico. Por esta razón el primer edil manifestó ayer que mantendrá contactos con las instituciones para tratar de recabar ayuda. «Estoy seguro que a pesar de las dificultades económicas del momento tanto la Junta como la Diputación de León van a ser sensibles con nosotros», se mostró confiado Álvarez Cachón. La virulencia del viento también provocó estragos y serios desperfectos en algunas antiguas pallozas que sus dueños decidieron «remodelar» con techos de chapa.
El propietario del Centro de Turismo Rural Miravalles, José Barredo, se mostró aún más compungido mientras contemplaba el buraco en una de las techumbres. Su «parte de guerra» resulta aún más dramático que el del alcalde. Tal vez porque conoce que las pallozas se han convertido en el gran foco de atracción de los turistas. «Vienen a ver las pallozas», insiste. «Pero yo diría que al menos cuatro y el hórreo están muy gravemente dañadas», enfatiza.
Barredo sostiene que la reparación no supondría mucho dinero para una institución. Pero sí para los particulares. Como para él mismo, que se ocupa de una que le ha legado su suegra. «Esperemos que tantos títulos... Reserva de la Biosfera y todo, sirvan para algo y nos ayuden», comenta. En su opinión, sino se arreglan ya se corre el riesgo de que queden abandonadas.