Diario de León

Las condenas por el crimen del Temple quedan en un tercio de lo que se pedía

Un laborioso acuerdo de conformidad entre fiscal y defensas resuelve el juicio .

León

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La partida de póker en la que se había convertido el juicio en las últimas horas concluyó con la negociación de una solución adecuada más o menos para todas las partes. El fiscal, sabedor de que no había un autor concreto de la muerte material ni una herida mortal de necesidad, se exponía a que se le fueran libres y absueltos los imputados, cosa nunca descartable con un jurado popular de por medio. Y los acusados, entre jugar a la ruleta con 14 años de pena y asegurarse en el peor de los casos la mitad de la condena, también lo tenían claro...

Así que de los 92 años a los que se exponían los sospechosos, al final solamente tendrán que cumplir 31. La peor parte se la llevan Yorman Emilio Altamirano Candelo y Julián Andrés Cañas Restrepo, considerados culpables de la muerte del dominicano Inocencio Montero, según el veredicto del jurado popular que desde el pasado lunes enjuició a los siete imputados por la paliza mortal que acabó con la vida de la víctima en febrero del 2012, a la salida de una discoteca del Temple y tras una discusión previa.

Se saldó el asunto con penas de entre un año y medio y cuatro años de cárcel para los otros cinco imputados, que decidieron sumarse a un acuerdo de conformidad. Lo hicieron también los dos principales acusados, cuyos letrados se adhirieron a la propuesta consensuada con el Ministerio Público, pero que por cuestiones procesales y al ser la pena definitiva superior a los seis años, tuvieron que someterse al trámite de la deliberación por parte del jurado.

La versión final de los hechos reza que Montero se enzarzó en una pelea con un amigo de los seis colombianos imputados, al que hirió en el cuello con una botella rota. Salió fuera del local y en la huida fue perseguido por el grupo de sudamericanos, al que se unió un español que les aportó dos palos que se encontró por el camino.

Cuando a la altura del número 15 de Conde de los Gaitanes los perseguidores dieron alcance a la víctima, lo apalearon. Los dos principales implicados se emplearon con mayor contundencia y por eso se agrava su pena.

Felicitar a las defensas

Las heridas que sufrió la víctima no hubieran acabado con su vida de no mediar la fatal pérdida de conocimiento que le impidió apercibirse de que se estaba asfixiando en su propia sangre y con sus vómitos.

Jacinto Fernández Villalvilla, fiscal jefe de Ponferrada, felicitó a los letrados de las defensas «porque han realizado un gran esfuerzo y dedicación que quiero reconocer, que no se ha visto en la sala. Pero puedo asegurar que han mostrado la mayor destreza en la búsqueda de lo más procedente para todos», explicó.

«Sólo los imputados saben lo que ocurrió y si en la confesión que han firmado ellos mismos hacen ese reparto de papeles perfectamente determinado, que concuerda con el resto de los testimonios que hemos escuchado en la sala, tiene validez. Es una prueba profunda», resumió.

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