La Encina recupera sus reflejos venecianos
El director de Patrimonio muestra el primer espejo del siglo XVIII del Camarín restaurado en Simancas y Antolín de Cela anuncia que buscará fondos en empresas como Tvitec para actuar sobre los cinco pendientes.
L. DE LA MATA
C. FIDALGO | PONFERRADA
Nadie sabe en que taller los fabricaron. Pero no hay duda de que son venecianos porque así lo han confirmado los expertos que ha restaurado en Simancas la primera pieza de la colección de seis espejos donados por Felipe V y su segunda esposa, Isabel de Farnesio, a la Basílica de la Encina a comienzos del siglo XVIII en reconocimiento a uno de los milagros que se le atribuyeron a la Virgen.
El primero de los espejos, que ha recuperado brillo y esplendor después de una restauración que ha costado 20.000 euros y que ha involucrado a artesanos del vidrio y del metal, químicos, ebanistas y carpinteros en el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, vuelve a exhibirse al público desde ayer en la sacristía de la Basílica y junto a otra pieza sin restaurar que permite apreciar el trabajo que ha llevado quitarle la herrumbe. Y para presentarlo viajó ayer hasta Ponferrada el director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Sáiz, junto a técnicos que han intervenido en la restauración como José Luis Alonso. Ambos resaltaron la «singularidad», por no decir la «rareza» que suponen las seis piezas para el patrimonio de Castilla y León. Y no dudaron en afirmar que de haber seguido colgados de las paredes de alguno de los palacios reales , con un uso civil, y no en el Camarín de La Encina para que las camareras que engalanaban a la imagen de la Virgen pudieran realizar su tarea con mayor comodidad, difícilmente hubieran llegado a nuestros días en un estado de conservación aceptable. «Seguramente se habrían perdido», opinó Alonso.
La restauración del primer espejo también ha servido de aprendizaje a los expertos del centro de Simancas y la Junta está dispuesta a aportar la dirección técnica de la obra de restauración de las cinco piezas que quedan. El rector de la Basílica de La Encina, Antolín de Cela, reconoció que la caja de la parroquia, con la apertura pendiente del museo de la torre de la iglesia, no pasa por su mejor momento y tiene intención de buscar mecenas en la empresa privada que ayuden a financiar la intervención. De Cela aseguró que solicitará ayuda a empresas relacionadas con el vidrio, «como por ejemplo Tvitec», reconoció a preguntas de los periodistas. Todo con el objetivo de que los seis espejos —cuatro de ellos siguen embalados— vuelvan algún día a las paredes del Camarín de donde los descolgaron para restaurar el cuarto situado tras el altar.