De Cervantes a la minería para invitar a los festejos

j. c. f. | Ponferrada

Un bibliófilo como él no podía sino que recurrir a su pasión para animar al pueblo a lanzarse en los brazos de los festejos de la Encina 2016. Así figuraba en todas las ‘quinielas’ y así lo hizo, Antonio Ovalle, en su papel de pregonero de las fiestas de la capital berciana cuando se encaramó este domingo al balcón de la casa consistorial.

Cervantes, y con él El Quijote en varias ocasiones o Gregorio Marañón, fueron algunas de sus referencias en una intervención en la que Ovalle intentó ‘tocar más de un palo’ haciendo caso a las sugerencias recibidas para este fugaz ‘oficio’ de pregonero.

Así recordó su infancia como ‘niño de pueblo’, y con ello, el significado de las fiestas de Ponferrada para el resto de localidades bercianas. «Recuerdo mi infancia en San Juan de la Mata cuando subíamos a las eras para ver en el horizonte los fuegos artificiales de Ponferrada; cuando venía de fiesta a esta ciudad, a casa de mis tíos y cuándo descubrí, con mis primos, los gigantes y cabezudos y piloté por primera vez los coches de choque», apuntó Ovalle.

Acompañado en el balcón del ayuntamiento por la alcaldesa Gloria Fernández Merayo, que destacó su «generosidad, que lo ha unido con letras de oro a la historia de Ponferrada» y alabó «la fuerza y pasión que transmite por los libros, el castillo, Ponferrada y el Bierzo», Ovalle aparcó los libros para referirse a la actualidad de Ponferrada y el Bierzo. Así recordó sus vínculos con la minería por su padre — «minero en la cuenca de Fabero»—, asegurando sentirse minero, «pero no tengo los conocimientos que los mineros tienen sobre esta importantísima cuestión. Además estoy seguro de que los de Torre del Bierzo sí los tienen y el día de la fiesta, durante la ofrenda, los pondrán de manifiesto ante todos», si bien sí se aventuró a asegurar que «falta mucha unión y mucha inteligencia para resolver el problema, con el objetivo de no perder definitivamente la cuota de actividad industrial que el Bierzo necesita».

En una intervención en la que intentó interactuar con el público con el juego del abc que aparece en el capítulo del Quijote que habla del curioso impertinente, Antonio Ovalle, avanzó invitando a los presentes «ahora, cuando salgáis de esta plaza, o, en cualquier otro momento, por ejemplo, cuando vayáis al Castillo y partáis de él en búsqueda de las buenas aventuras que la vida os depare». Y, como no podía ser de otra forma, finalizó animando a dar sentido a las palabras, que como paz, libertad, perdón —entre otras— «están apretujadas, pero vivas en nuestro corazón, y hagamos con ellas una hermosa bomba de fuegos artificiales (...), nuestras palabras iluminarán el cielo de esta ciudad y Ponferrada iluminará con nuestras palabras a todo el mundo».