Diario de León

Día mundial de los árboles

El hombre del gran bosque de la felicidad

Crece la plantación de 46 especies de árboles autóctonos en los 80.000 metros cuadrados de la Fundación Prada a Tope entre Cacabelos y Arganza.

José Luis Prada, ayer con el fondo de las ocho hectáreas de bosque plantado de robles, encinos y otras 44 especies para disfrute de todos. L. DE LA MATA

José Luis Prada, ayer con el fondo de las ocho hectáreas de bosque plantado de robles, encinos y otras 44 especies para disfrute de todos. L. DE LA MATA

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MANUEL FÉLIX | ARGANZA

Dicen que una cosa es predicar y otra bien distinta, dar trigo. José Luis Prada, Prada a Tope, predica y da trigo. ¿A quién se le ocurre y lo pone en práctica, plantar un bosque con 5.500 árboles de 46 especies diferentes en 8 hectáreas —algo así como ocho campos de fútbol juntos—, en una espléndida loma de terreno, que bien podría estar rentando como viñedo pingües beneficios económicos?

Pues sí, a Prada. Y todo, por la idea de un loco altruista, visionario y pionero de mil historias, que con su fundación, un día de sueños, se le metió en la cabeza que es preferible que los niños y las niñas conozcan los árboles en su realidad. Tocándolos y no partiéndose la retina con las pantallas del móvil o el televisor.

Prada lo llama el «bosque didáctico», pero en realidad, no había más que fijarse en su cara ayer cuando lo explicaba. Era el «bosque de la felicidad».

Es el Día Mundial de los Árboles, comienza la primavera, y pese a las bajas temperaturas ayer el sol regalaba parte de la gran paleta crematística del Bierzo sobre las suaves lomas de viñedos situadas entre los municipios de Arganza y Cacabelos. Justo aquí, en el paraje de La Edrada, es donde se alza este bosque. Es en un lugar visitable para todos (se accede por la carretera de Cacabelos a Arganza y con salida a cien metros, nada más pasar la rotonda de Quilós).

Muchos escolares se acercaron hasta la zona a plantar un árbol. Había encinos, robles y serbales, que la fundación les regala para que los planten si quieren en otro lugar, y se propague así la costumbre que gente como los finlandeses tienen arraigada, la plantar tres por cada uno que cortan. Ayer la tierra estaba muy húmeda y no era muy recomendable plantar, pero el próximo sábado habrá un nuevo acto si el tiempo acompaña.

Este bosque para el Bierzo es recorrible a pie y fácil de entender, porque —además— hay cartelito explicativo. Estos años de atrás han sufrido el estrés hídrico y ayer Prada y un grupo de operarios, además de estar podando, se afanaban con la colocación del riego por goteo.

Acebos, encinos, arces, hayas, fresnos, cerezos, robles, castaños, alcornoques, abedules, tejos, tilos, tojos, tejos, serbales, pinos, olmos, cipreses y así hasta 46 especies diferentes de la región. Incluso algún guiño a la sabiduría oriental. Todo recogido sobre el terreno, en este bosque levantado sobre la ondulada planicie del corazón del Bierzo. Un espectáculo para los sentidos, acrecentado cuando llegue la floración. Prada no lo podía resumir mejor: «La felicidad».

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