Diario de León

La Justicia aún espera 40 años después

El policía nacional de Albares de la Ribera Esteban Álvarez Merayo se convirtió el 5 de junio de 1981 en la primera víctima del Bierzo de la banda terrorista Su caso se cerró seis meses después «por desconocimiento de los autores»

Esteban Álvarez Merayo. COVITE

Esteban Álvarez Merayo. COVITE

Ponferrada

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En plena polémica sobre el acercamiento de presos de ETA a cárceles cercanas al País Vasco, aún existen páginas donde no se ha abierto ni la primera hoja para intentar hacer justicia. Historias tan injustas que se han cerrado sin investigar a quienes pudieron ser los autores. Es el caso de la primera víctima berciana de la banda terrorista, el policía nacional Esteban Álvarez Merayo, de cuya muerte en San Sebastián se acaban de cumplir 40 años el pasado mes de junio.

Esteban Álvarez Merayo murió la noche del 5 de junio de 1981. La furgoneta en la que viajaba este cabo primero de Albares de la Ribera junto a otros cuatro policías saltó por los aires sobre las once de la noche cuando regresaban a su base de operaciones.

El artefacto explosivo estaba colocado a un lado de la carretera que une los barrios de Amara y Loyola de la capital donostiarra. Contenía una cantidad considerable de Goma 2, además de diez kilos de tornillos y tuercas de gran tamaño, a modo de metralla. Fue accionado a poco más de 200 metros. El estallido abrió un agujero en la chapa de la carrocería y alcanzó de lleno al agente berciano, que ocupaba el asiento delantero junto al conductor. Aunque fue trasladado al Hospital Nuestra Señora de Aránzazu, nada se pudo hacer por su vida. Los otros cuatro policías que iban en el mismo vehículo —Julio Salgado Mendoza, José María Villar Iglesias, Fermín López Espino y Vicente Cachuza Basante— resultaron heridos y tuvieron que recibir asistencia sanitaria. Todos pertenecían a la Compañía de la Reserva General con base en La Coruña.

Su muerte produjo gran conmoción en Albares de la Ribera, donde vivían sus padres. Hijo único, tenía 33 años y estaba a punto de casarse con una joven de Narón (La Coruña). Apenas llevaba destinado en el País Vasco cuatro días.

Agentes como él de la Compañía de la Reserva General con base en La Coruña habían sido enviados temporalmente a Guipúzcoa para reforzar las dotaciones en la capital guipuzcoana. ETA Militar se atribuyó un día después el atentado terrorista mediante una llamada al diario Egin, el mismo día que se celebró su funeral en el Salón del Trono del Gobierno Civil de Guipúzcoa antes de que su cadáver fuera trasladado a Albares para su inhumación en el cementerio de esta localidad del Bierzo Alto.

Su asesinato sigue impune cuatro décadas después. Según la abogada de la Asociación de Víctimas del terrorismo, Carmen Ladrón de Guevara, ningún terrorista fue condenado por el atentado. “Según la información de la que disponemos en la Asociación Víctimas del Terrorismo, seis meses después del atentado se dictó sobreseimiento provisional por desconocimiento de los autores”, explica la letrada a este periódico.

La AVT tienen recopilados 307 asesinatos de ETA sin resolver —sin autores condenados— de las 853 víctimas mortales del terrorismo etarra. Sólo en el País Vasco, hay 252 pendientes, entre ellos el de este policía berciano.

De los 252 (122 en Guipúzcoa, 109 en Vizcaya y 21 en Álava), apenas 66 han sido esclarecidos parcialmente. Además, 43 autores fueron presos amnistiados con la Ley de 1997 (32 en territorio guipuzcoano y 11 en territorio vizcaíno).

En el caso de Esteban Álvarez Merayo, el caso se cerró en los juzgados ordinarios sin más. Entonces todavía no se había hecho cargo de los atentados de ETA la Audiencia Nacional, lo que dificultaba la búsqueda de pruebas incriminatorias.

La familia de este policía nacional nacido en el Bierzo apenas ha tenido en estos años el consuelo de sus convecinos y de las Cortes de Castilla y León cuando en 2011 se homenajeó a las víctimas de la barbarie terrorista. Esteban Álvarez Merayo fue uno de los 56 muertos recordados en aquel acto.

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