Diario de León

POLÍTICA

El arquitecto que quería cambiar su ciudad

Samuel Folgueral ha sido alcalde de Ponferrada y también ha visto lo que son años de oposición

Ponferrada

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Sólo al final, cuando los focos de las cámaras ya habían recogido, se ha visto a Samuel Folgueral visiblemente emocionado al compartir su adiós con quienes han sido concejales de USE.  «Son compañeros y amigos», ha dicho con lágrimas en los ojos a los periodistas que se habían quedado para saludarle este arquitecto brillante en lo profesional que ha sufrido durante años una feroz campaña de descrédito personal y político a cuenta del Mundial de Ciclismo, cuya gestión nunca ha logrado abrir una causa judicial.

   Aunque haya justificado su marcha en la carga de trabajo de su despacho, Folgueral intenta salvar el proyecto político de USE de un 28-M que lo deja en la oposición, según las encuestas. Un proyecto que aún puede tener expectativas a medio plazo en una comarca en caída libre por su modelo económico de un siglo, pero con una fuerte identidad.

  Samuel Folgueral Arias (Ponferrada, 9 de octubre de 1963) se convirtió en las municipales de 2011 en el fichaje estrella del Partido Socialista para ser la alternativa a la derecha ponferradina, dividida entre el PP de Carlos López Riesco, que era alcalde, y los defensores de Ismael Álvarez, que se presentaron como  Independientes Agrupados de Ponferrada (IAP). Sacó un buen resultados, 8.444 votos, ocho concejales, frente a los 12 del PP y los 5 de IAP.

   Su trayectoria política tiene una fecha: El 25 de febrero de 2013, cuando el PSOE sumó sus votos con los seguidores de Ismael Álvarez a cambio de su renuncia como concejal, y presentó una moción de censura, que toda la estructura socialista autonómica,  provincial y la comarcal había bendecido. El 8 de marzo de ese año, salió investido alcalde, pero todo saltó por los aires tras un tuit -empezaba ya el tiempo de los móviles- de Carmen Chacón, que entonces se dejaba querer como alternativa a Alfredo Pérez Rubalcaba en la Secretaría General del PSOE, que recordó el caso Nevenka por el que fue condenado Ismael Álvarez. Las ediciones de los periódicos y los programas de radio y televisión locales tuvieron que ampliar espacio para contar una tarde llena de sobresaltos. 

  Al final, Samuel Folgueral se dio de baja en el PSOE y se negó a dimitir como alcalde. De su ideario político, dejó algunas frases en aquel discurso de investidura como alcalde como «Ponferrada no se merece carecer de esperanza». Y es que nadie puede negarle a Folgueral que ha entendido la política como cercanía. Prueba de ello es que se le ha visto en estos años hasta en el último acto de una asociación de vecinos, aunque sea estos años de oposición. Afable y educado en el trato personal, cuando fue alcalde intentó dibujar, como buen arquitecto, una nueva ciudad gracias al apoyo de otras instituciones, aunque la oposición del PSOE le machacó con los macrocontratos de la limpieza y jardines y algunos destacados socialistas con el Mundial en plataformas que buscaban su ruina personal y política. No sólo política.

 En 2015, USE se presentó por primera vez como candidato de USE y estuvo a punto de sacar más votos que el PSOE. 6.766 para Ángela Marqués, candidata socialista, frente a 6.013 Folgueral.

  Aunque estuviera en la oposición, la ‘caza’ de Folgueral se intensificó para intentar erosionar su imagen, aunque salió indemne en los juzgados. Hoy ha escrito otro capítulo de su vida política este arquitecto y también profesor. Ha dicho que no es un adiós. El tiempo dirá. Los edificios no se ven igual el día que se acaban que con el tiempo. "Prefiero dibujar a hablar. Dibujar es más rápido, y deja menos espacio para la mentira", dijo el arquitecto Le  Corbusier.

   Poco antes de la rueda de prensa de esta mañana, Olegario Ramón salía para hacer unas fotos para una entrevista en un periódico provincial. Quizá también para ver el escenario de la salida de su gran rival político. Como un observador que puede ser el más beneficiado del adiós del arquitecto Samuel Folgueral. En este caso, al menos, como un observador parcial.

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