Diario de León

La estructura en sentido Madrid del viaducto del Castro abrirá en 2023

La base de la primera pila de la nueva estructura sentido Madrid, que el Ministerio quiere abrir este año con doble dirección Lugo y Bierzo, emerge justo en la zona cero del doble derrumbe El miércoles se cumplirá un año del primero

Imagen, ayer, de lo que queda de los dos viaductos del Castro. ANA F. BARREDO

Imagen, ayer, de lo que queda de los dos viaductos del Castro. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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La imagen del viaducto del Castro, en la A-6, es hoy más parecida a la guerra de Ucrania que a la modernidad que supuso, en los años 90 del siglo pasado, abrir la autovía hacia Galicia por el puerto de Piedrafita.

No queda nada, ni del viaducto que se desmoronó por dos veces en el mes de junio del año pasado, el de dirección Lugo, ni del más pegado a la montaña, sentido Madrid. Apenas algunas moles de hormigón de alguno de los tableros que se derribaron estos últimos tres meses con la ayuda de un moderno robot-percutor. El viaducto berciano es ya historia de la Ingeniería Española.

El Bierzo pasará a los anales del Ministerio de Transportes por haber visto caer, los días 7 y 16 de junio de 2022 , esta moderna estructura. El próximo miércoles se cumplirá un año del primer derrumbe, y el día 16, del segundo.

361 días después, ayer —quedan cuatro días para el aniversario—, en el viaducto del Castro se podía observar que empieza a emerger la primera base de una de las pilas que soportará los tableros del viaducto más pegado a la montaña y se está trabajando en otro retirando la tierra del hoyo para echar hormigón. Los técnicos del Ministerio han optado por abrir antes éste y no hacer los dos a la vez. Aunque se atribuye a una cuestión de procedimiento administrativos a la hora de adjudicar las obras, aún existen dudas sobre la cimentación del afectado por el doble derrumbamiento, que se están intentando despejar con nuevas pruebas geológicas aprovechando que ya se ha podido acceder a la zona cero, después de retirar las estructuras dañadas y construir un acceso hasta la base del viaducto.

La longitud del viaducto del Castro variaba. Tenía 585 metros en dirección Galicia —donde fueron los dos derrumbes— y 315 en sentido Madrid. Cada tablero medía 13,20 metros de ancho y fueron dovelas prefabricadas. En total, en sentido Madrid tenía 10 y en sentido Lugo 13.

La causa, o mejor dicho las causas, fueron «un conjunto de eventos que propiciaron el derrumbe tras las actuaciones de hidrodemolición llevadas a cabo para el saneo y refuerzo de las losas de continuidad entre vanos. Esta acción combinada con una característica del hormigón inferior a lo previsto debido a una situación de degradación del material mayor de lo esperado propició el colapso de los vanos afectados». Así lo explicó en noviembre el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, apoyándose en estudios de dos empresas especializadas.

Todavía en la pasada campaña electoral, en una visita a Bembibre, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, defendió que no se hagan a la vez, y dio de nuevo los mismos plazos que ofreció el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, en una anterior visita a Ponferrada. El primero tiene que estar acabado este año 2023, para abrirlo en doble sentido y recuperar el tráfico por la autovía, y el otro, en 2024. Ya no será sujetando toda la estructura con cables (método isostático), sino asentando cada tablero.

Quedan, por tanto, seis meses, los dos últimos, con previsible mal tiempo en esta zona de alta montaña, lo que hace cuestionar los plazos de una obra que seguramente sea campo de batalla en las próximas elecciones generales, sobre todo en Galicia.

Desde hace meses, el Ministerio mantiene una cerrazón informativa y ya no atiende a los periodistas que preguntan en busca de datos. Ahora, sólo queda subir hasta el último pueblo del Bierzo camino de Lugo, al que la desgracia le ha servido para que le asfalten la carretera, y ver lo que se está haciendo al otro lado del valle.

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