Diario de León

La actividad sísmica bajó en 2023 en El Bierzo y fue de menor intensidad

Oencia y Trabadelo registraron dos seísmos cada uno; el quinto se centró en Toral de los Vados

Imagen de archivo del municipio de Oencia, en el Bierzo Oeste. L. DE LA MATA

Imagen de archivo del municipio de Oencia, en el Bierzo Oeste. L. DE LA MATA

Ponferrada

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Trabadelo y Oencia ha sido los municipios bercianos con más actividad sísmica en el año 2023. Ambos ayuntamientos del Bierzo Oeste concentraron cuatro de los cinco registros que se produjeron en el ejercicio que ha terminado, uno menos que en 2022, según datos de la red sísmica Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional. El otro pequeño terremoto se registró en Toral de los Vados, el 3 de enero de 2023.

En ambos casos, según la medición oficial, que se puede consultar en Internet, tuvieron la misma intensidad. Los dos de Oencia, los días 8 y 15 del pasado mes de abril, fueron de 1,8, y los dos de Trabadelo, los días 14 de mayo y 15 de junio, de 1,7. El de Toral de los Vados, ahora hace un año, fue el más alto, con 2 en la medición, similar a la escala Ritcher.

En el Bierzo Oeste es habitual que se produzcan movimientos sísmicos de baja intensidad, aunque al nivel de algunas localidades de Galicia relativamente cercanas como Triacastela o Sarria, donde se producen con frecuencia y con mayores registros.

En la comarca del Bierzo, el de mayor intensidad en 2022 fue el 29 de marzo en Priaranza, con 2,5. Y el resto estuvieron más repartidos que en 2023: Candín (2,3), Vega de Espinareda (2,4), Toral de los Vados (2), Cubillos (2) y Torre del Bierzo (1,5).

Una investigación llevada a cabo por geólogos de las universidades de León, Rey Juan Carlos y Complutense de Madrid, publicada en 2021 en la revista americana ‘Tectonics’, analizó el origen de la sismicidad en el Bierzo. Uno de los aspectos más controvertidos siempre es por qué se producen terremotos en el noroeste de España, una zona que está alejada cientos de kilómetros del límite de placas activo. La investigación analizó, a través de una serie de modelos, los mecanismos que influyen en las variaciones de profundidad a la que se producen los terremotos en todo el noroeste peninsular, y permitió a los autores del trabajo conocer los mecanismos responsables.

El Bierzo es una de las zonas de la provincia con mayor actividad sísmica. Uno de los terremotos más fuertes fue el sentido en la mañana del 10 de junio de 2006, cuando se registró un temblor de magnitud 4.1 en Molinaseca. En los últimos 20 años se han producido más de 150 terremotos. Aunque la gran mayoría son de escasa entidad, sus profundidades varían desde la superficie a grandes profundidades, como el de Vega de Espinareda de 1981, que tuvo su hipocentro a 27 kilómetros de profundidad.

Según los científicos que realizaron el estudio, el incremento de la resistencia de la corteza en zonas donde alcanza mayores espesores puede explicar la sismicidad si existen otros factores, como el aumento de la presión de poros producida por los fluidos que circulan por el interior terrestre, y los elevados gradientes térmicos que se producen a cierta profundidad.

Este fenómeno explicaría las importantes variaciones de sismicidad observadas que se producen a lo largo del extremo occidental de la Cordillera Cantábrica y los Montes Galaico-Leoneses.

El estudio tiene, además, implicaciones importantes para explicar la formación de yacimientos minerales de metales estratégicos como el oro, el wolframio y el estaño.

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