Alertan de la desaparición de vacas abatidas para consumo particular

El secretario general del sindicato agrario leonés Ugal-UPA, Matías Llorente, alertó ayer de la desaparición de varias de las reses abatidas en los últimos días en los montes de la comarca de La Cabrera y expresó sus sospechas acerca de que «algunas personas los estén llevando a sus casas para consumo particular». Llorente dijo tener «constancia» de que los cadáveres de unas 85 vacas abatidas el pasado mes por un grupo de cazadores de la zona han sido destruidas en la planta incineradores y de destrucción de Materiales Específicos de Riesgo (MER) de origen animal que la empresa Rebisa posee en Cabreros del Río, de la que también es alcalde. Sin embargo, advirtió de la desaparición de varios terneros de menos de doscientos kilos de peso, que, según su versión, «no han llegado a la planta de Rebisa y,l ejos de eso, han desaparecido de los montes de La Cabrera, pese a la presencia de numerosos veterinarios de la Junta y agentes del Seprona de la Guardia Civil», declaró a Efe. En este sentido, denunció que «alguien se está llevando esos novillos muertos a su casa para comérselos», lo que, en su opinión, supone un «hecho gravísimo y que merece una investigación en profundidad por parte de la Junta de Castilla y León». Llorente, quien no pudo precisar el número de cadáveres de terneros desaparecidos, consideró «totalmente vergonzoso» que se hayan producido, supuestamente, estos hechos y recordó que «fue la propia Junta la que ordenó la matanza de estos animales y los consideró no aptos para el consumo humano por no haber estado sometidos al control de sus servicios veterinarios». El líder provincial de esta organización agraria adelantó que «pedirá responsabilidades políticas» al Gobierno autonómico por esta supuesta desaparición de reses, de la que culpó a la Junta, «que, además, de haber dado su visto bueno a una verdadera matanza, está protagonizando fiasco tras fiasco en todo este asunto».