Adiós a Santos Cascallana

LE CONOCÍ siendo él un joven ejecutivo multinacional, pero su mirada se encendía cuando hablaba del Bierzo, de sus proyectos para instalar aquí una gran bodega . Luego compró un monte y diseñó una experiencia vitivinícola, no sé si rentable para él, sí para el Bierzo, por su carácter innovador y pionero. Hay que ver lo que han empeorado en estos años los altos ejecutivos economicistas globalizados que no son de ningún sitio, no te miran a los ojos, sólo se comunican por fax porque no tienen corazón. Por eso en el cuarto mundo se vive peor hoy que hace diez años, media humanidad vive con menos de dos dólares por día, el 40% del comercio mundial se produce entre 350 sociedades del norte. Ya no quedan románticos. Razón tiene mi compadre Lorenzo cuendo dice que Santos era un nostálgico. Fuimos amigos y adversarios políticos, es como vivir en la misma calle pero en acera diferente, no al estilo de los flamencos y valones que no se hablan, sino construyendo, sin saberlo, a nuestro nivel, el modelo español de transición a la democracia, tan valorado en todo el mundo. Desde adolescente supe que «de internis neque Ecclesia», o sea que cada uno puede pensar como le venga en gana . Me parece poco inteligente llevar al terreno personal las peleas políticas. Si en la vida todos pensáramos igual y todas las flores fueran del mismo color, la vida sería aburrida y el jardín insoportable . Un partido político no es más que una herramienta, necesaria , al servicio de las personas. La persona es lo importante, repetía Santos, entrañable compañero én la transición democrática. Pena que el homenaje del Ayuntamiento de Cacabelos haya sido póstumo, porque se lo mereció en vida aquel hombre con corazón, seis veces golpeado, abatido en el Sur, que descansa por fin junto al Cúa, en Quilós.