Los cotos de setas

CUANDO desde la Asociación Micológica Berciana Cantharellus pedimos que no se acoten para recoger setas los montes de utilidad pública por parte de las correspondientes juntas vecinales o ayuntamientos de la provincia de León, no nos oponemos de ninguna manera a que el dinero que están obteniendo los «intermediarios» en el fraudulento comercio de las setas revierta en los pueblos y se quede como valor añadido en ellos. Se hace imprescindible disponer de una regulación uniforme para que los diferentes compradores o comerciantes de setas paguen un cano por ellas. Si se acotaran los montes, diferentes empresas o particulares de forma exclusiva podrían obtener las setas de cada pueblo. ¿Pero cuáles¿ ¿Todas comestibles o sólo algunas?. Níscalos de dos centímetros, boletos de cuatro, o de qué tamaño. ¿ Tricholoma equestre actualmente sospechoso de toxicidad? Este guirigay comercial, ecológico y sanitario puede producirse en cualquier momento si se deja «ad libitum» de cada pedanía la regulación. ¿Quién va a inspeccionar una a una las setas que nos llevamos para casa del corto correspondiente? Será previsiblemente el que nos cobra el recibo para acceder al monte. ¿Qué preparación botánica e inspectora de alimentos tendrá el inspector? Es inaceptable correr riesgos si además pagamos licencia por recoger un cesto de setas, por pasear, por observar el monte en el otoño. Lo expuesto son aspectos comerciales ecológico y sanitarios que deben ser regulados para todos los pueblos, ayuntamientos y provincias en Castilla y León. En la Ley y el reglamento que solicitamos se contemplarán las infracciones y sanciones convenientemente, lo que permitirá a los agentes de la autoridad castigar a los que usan rastrillos, hoces y bolsas de plástico. El vigente Decreto 130/99 es insuficiente para recogen todos los aspectos. Se está utilizando como «zanahoria» el dinero y los empleos que recibirán las juntas vecinales de los acotados y licencias de setas. Es una falacia inadmisible. En León hay más de 2.000 juntas vecinas y más de 200 ayuntamientos, y no puede tener cada uno una regulación propia. El dinero de las setas para los pueblos, debe obtenerse de los intermediarios y los aspectos ecológicos y sanitarios nos afectan a todos y deben protegerse. Desearía que los «San Jorge» y los diferentes CITs que organizan y escriben sobre setas, se retraten opinando.