Diario de León
Publicado por
MANUEL CUENYA
León

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AL FIN he visitado el museo de la radio ponferradino. Nunca es tarde si la dicha es buena, y en este caso la visita ha sido estimulante e instructiva. Conviene saber que si uno no dispone de al menos tres horas, la visita se queda coja. No se puede ir con prisas, pues hay mucho que ver y escuchar. Este museo, que está ubicado en la llamada Casa de los Escudos, ofrece al visitante la historia de la radio desde sus orígenes hasta la época actual. Además, el museo cuenta con una colección de radios espléndida. A través de la que se puede conocer la evolución técnica y estética de éstos, desde los primeros receptores de galena hasta los pequeños transistores de la década de los setenta o la radio digital de última generación. Entre los modelos existentes, hay muchos que llaman la atención, como un Zenith de 1932, un Philips de 1942, un Marconi de 1948 o un Invicta de 1950. Son modelos que nos invitan a soñar y a adentrarnos en una época que nos hubiera gustado vivir por lo que tiene de sombría. No olvidemos que la postguerra española fue demoledora, y si me apuran creo que hasta la sufrimos quienes nacimos a finales de los 60. La magia de la radio ha dado lugar a las voces chillonas y verduleras de algunas titis y pailanes que babean pendejadas en la teletonta. Pero este es otro cantar «Ama Rosa». Asimismo, el museo cuenta con el micrófono que utilizara Evita Perón en sus discursos de 1946 a 1952. El recorrido histórico de la radio, dividido por décadas, comienza en los años 20 y finaliza en las décadas de los 80-90. Nos entusiasma sobre todo escuchar las voces de Ortega y Gasset y Unamuno, o las voces de Manuel Azaña y Primo de Rivera. Es bien sabido que la voz dice mucho acerca del carácter de una persona. Lejos queda aquello que dijera Azaña acerca de «unir la República española y la francesa», aunque nuestro príncipe de Asturias haya decidido volverse un algo «republicano» a la hora de desposar a una mujer de sangre popular. También sorprende escuchar la voz de Franco diciendo que «los hombres más grandes de Europa son los hijos de España». Suponemos que lo grande no sólo hace referencia a nuestra altura física, sino a la moral. Un repaso a las diferentes décadas de la historia de nuestra radio, nos ayuda a entender cómo éramos y en que mundo vivíamos los españoles. La radio de los años 50 estaba hecha de radionovelas rosas, radioevangelismos y consultorios de corte Elena Francis, que daba consejos harto maternales/paternales a los radioyentes. Continuará.

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