Una voladura hiere a un soldado y casi alcanza al director de Minas

La piedra describió una parábola sobre las cabezas del director general de Minas de la Junta y la veintena de personas que asistían a la voladura controlada y fue a impactar contra la pierna del soldado Adrián Medina Martínez, de 21 años. No fueron más de 15 centímetros de roca, pero el impacto le fracturó el fémur. Y la nube de partículas que acompañó a la roca alcanzó a la comitiva hasta el punto de que el propio director general, asustado, no dudó en echarse al suelo. Sucedió ayer, en las instalaciones de la Fundación Santa Bárbara en Folgoso de la Ribera y durante una práctica para instruir a 15 miembros del Regimiento de Ingenieros de Salamanca en el manejo de explosivos de uso civil. Los jefes de los nueve servicios territoriales de Industria visitaban el centro junto con el director general de Energía y Minas, Manuel Ordóñez, y en torno a las 13.30 horas decidieron presenciar la voladura programada dentro de curso dirigido a los soldados salmantinos. Estaban al otro lado del cielo abierto, a 150 metros de distancia del lugar donde los técnicos habían abierto una perforación de seis metros de profundidad y colocado doce barrenos con una carga explosiva de cien kilos de nagolita y 35 de hidrogel. Nadie esperaba lo que sucedió después. La explosión proyectó una nube de partículas sobre los asistentes y una piedra de mayor tamaño hirió al soldado Medina, que observaba la operación en lo alto de una máquina de obra pública. «Pasó como un bólido por encima de nosotros. Nos tiramos junto a la máquina y cuando escuché las voces me lancé encima de soldado», contaba horas después Manuel Ordóñez, después de visitar al herido en el Hospital del Bierzo. El estado de Medina no reviste gravedad, aunque a Ordóñez y a su comitiva ayer no les quitaba el susto nadie. «Todavía tenemos el miedo en el cuerpo», decía. «Nos pudo caer a cualquiera de los que estábamos allí» MANUEL ORDÓÑEZ Director general de Minas