Diario de León
Publicado por
MANUEL CUENYA
León

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SER LISTÍN, andar despierto, trampear la realidad es lo que cuenta, al parecer, en esta perra vida, sobre todo cuando se trata de politiqueo y politiquines ávidos de poder. En metiéndose en asuntos tales la cosa se torna del color panza de burra, y aun del color diarrea de mono, y así en este plan folclórico, zoológico y esperpéntico. Vivimos en un zoo humano, en un Bierzo insólito, que figura en una España grotesca, donde se dan situaciones dignas de ser contadas a propios y ajenos. Valle-Inclán retrató con lucidez nuestro país en esa obra monumental cuyo título es «Luces de bohemia». El asunto es que en algunos pueblos del Bierzo, y aun en otras partes de esta piel de toro o vaca machorra y chirigotera, es habitual que el alcalde apoltronado gane una y otra vez por los votos que consigue en países extranjeros, y a través de los empadronamientos de personas que habitualmente no viven en el lugar donde deberían vivir, y para más recochineo, no están vinculados ni pagan impuestos en el sitio de turno, lo que ya es joder. Aquí nos las den todas de un mismo lado, el lado oscuro del trapicheo, «el que tranza avanza», que diría un «mexica» espabiladín y abusado como una abubilla o bien como un conejo de Borrenes, que decimos en el terruño. Con estas «trafulladas» y «trapalladas» no resulta difícil ganar. La política, que debería ser una actividad noble, hecha para el pueblo, se convierte en una basura en manos de individuos que no tienen escrúpulos en jugar sucio y ganar a como dé lugar. Con tal de levantar liebre y llevarse el trofeo a hombros. Son muchos los residentes ausentes que viven en el extranjero según el censo electoral. Hay toda una colonia en Argentina, así como en Francia, Bélgica, Alemania, Suiza, etc. Por otra parte, hay casas en la que viven dos personas, y en cambio están empadronados un mogollón, hasta la gata y el perro, con todos los respetos que se merecen estos animalitos, no olvidemos que también ellos tienen sentimientos, como bien sabemos por la etología. Lo que no es de recibo es que los empadronados sólo lo sean a efectos de voto, y luego adiós muy buenas, y hasta cuando se requiera la próxima vez, en las siguientes elecciones. Esto resulta demoledor. Y a tenor de lo visto y oído forma parte del juego electoral. En definitiva, que en algunos pueblos del Bierzo no gana quien es mejor ni más querido sino quien se las ingenia para llevarse la gata o el perro al mejor terrado, gatera o perrera. Y el que sea tonto que se queje a su dios.

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