Buen vino, mala leche La ruta de las Fuentes Curativas congrega hoy a un millar de participantes

«Es una pena que esté ocurriendo ésto en el Consejo Regulador». El lamento lo entona un bodeguero privado de los que en teoría debería sentirse representado por los vocales que hace 15 días presentaron su dimisión al presidente de la D.O. Bierzo, Alfonso Arias. En teoría, porque en la práctica no todas las empresas particulares -39- comparten ni mucho menos el modo en el que han dado el portazo, aunque comulguen con algunos postulados generales de los dimisionarios. El núcleo duro de los críticos, sobre todo con el hecho de que las empresas apenas tengan ni voz ni voto en el seno del Consejo Regulador frente a las cooperativas, no parece contar demasiado -paradójicamente- con el resto. La crisis o minicrisis, como quiera interpretarse la situación desencadenada por las renuncias, arranca desde los prolegómenos de las últimas elecciones a finales del año pasado. Ya entonces algunos de los bodegueros privados más activos se significaron relativamente primero al llamar la atención sobre el desequilibrio entre el escaso peso de sus sociedades en el seno del Consejo en relación con el que poseen en los mercados nacionales, tanto por su imagen como por sus reconocimientos, como por su producción. Y luego, a la hora de consensuar el nombre del presidente, el enturbiamiento incluso se acentuó. Ahora, no obstante, muchos señalen que la materialización del cisma no tiene que ver personalmente con la figura del nuevo responsable del Consejo Regulador, Alfonso Arias, que desde el principio ha ido tendiendo la mano al diálogo sabedor de las discrepancias internas. Y que incluso, como resaltan quienes le defienden, ha tenido que soportar desaires y una desconfianza poco común en un plazo que ni siquiera llegó a los cien días de cortesía. Frente a este panorama de distanciamientos y desapegos, la realidad estadística, sin embargo, es bien tozuda. La venta de vinos de mencía va viento en popa dentro de la cuota de mercado que una pequeña denominación como la del Bierzo y los halagos de los críticos y de los consumidores más sibaritas se extienden por doquier. Arriba y abajo El año 2006 el Consejo Regulador contraetiquetó 6,8 millones de botellas, 235.000 más que el anterior, y batió el récord por 37.000 botellas, el que se había establecido en la D.O. Bierzo en el año 2003. Y el propio presidente presentó a finales de junio un estudio de la consultora especializada, Nielsen, en el que se certificaba que la venta de vinos Bierzo había sido la que más había crecido porcentualmente de las de Castilla y León -Ribera, Toro, Cigales o Rueda- y en el que se anotaba un repunte de ventas en el mercado nacional del 30%. Por esta razón, tal vez, algunos bodegueros del círculo privado creen que la imagen que se puede transmitir con la crisis institucional no beneficiará para nada al producto. «Estamos a un nivel en Europa, pero sobre todo en Estados Unidos, que es realmente increíble si tenemos en cuenta cuál es nuestra representación en el mercado», reflexiona una voz «crítica» con los críticos, valga la redundancia. Pero es, desde luego, una opinión más. Del lado de los más airados defensores de la ruptura no está cualquiera. Aparecen firmas del prestigio de Dominio de Tares, Castroventosa, Agribergidum, Luna o Peique, que son parte del éxito de los vinos del Bierzo en certámenes internacionales y sobre todo del eco obtenido entre los líderes de opinión más relevantes del planeta vitivinícola. Pero entre los no beligerantes también se cuentan un buen número de entidades que han aportado, como poco, tanta arena al nivel de crecimiento cualitativo que han alcanzado los mencía. La disyuntiva que se plantea, por lo tanto, es si merece la pena hacer tanto ruido cuando la situación apacible que vive el sector no parece merecerlo. O si es necesario llegar al extremo para que los estatutos del Consejocambien definitivamente y ofrezcan un equilibrio en la toma de decisiones entre las cooperativas -cruciales para miles de cultivadores- y las bodegas, que han realizado grandes esfuerzos inversores con un riesgo innegable. Por ahora, lo que está ya en marcha es una asociación empresarial, que tampoco se sabe si terminará aglutinando ni mucho menos a la mayoría de las bodegas. Quince años consecutivos lleva celebrándose en Noceda del Bierzo la denominada ruta de las Fuentes Curativas, un trazado de 12 kilómetros de recorrido que une los siete manantiales de la localidad, a cuyas aguas se les atribuyen propiedades curativas. El recorrido programado para este año por el Centro de Iniciativas Turísticas del municipio, en colaboración con el Ayuntamiento, parte hoy de la plaza del Consistorio a las 9.00 horas. Los seis kilómetros de ida son los que unen las fuentes de Juan Álvarez y del Rubio, pasando por las fuentes del Azufre, de la Salud, Morados de la Peña, Cataratas de la Peña Gualta y Canolijo. La vuelta al lugar de partida completa los más de 12 kilómetros de recorrido, tras los cuales los participantes, que año tras año alcanzan el millar, podrán descansar al amparo de la tradicional paella popular que se ofrecerá en el camping de Los Chanos. La ruta de las Fuentes Curativas es junto con la carrera de burros, la creación del club de parapente o el camping de Los Chanos, una de las iniciativas con las que el Ayuntamiento de Noceda del Bierzo pretende relanzar el turismo de un municipio que tiene en el paisaje su principal reclamo.