El proceso biológico y químico del tratamiento de los residuos se completará en unos meses
Las aguas del Sil comienzan a bajar más limpias al depurar Ponferrada en la Edar
La primera fase de eliminación de los sólidos en suspensión está ya puesta en marcha
ponferrada
Las aguas del río Sil bajarán a partir de ahora más limpias. El motivo no es otro que la entrada ayer mismo en servicio del colector general del Sil y la estación depuradora de Villadepalos, que ha comenzado a recibir y tratar los 20.000 metros cúbicos de aguas sucias que a diario produce la población de Ponferrada. Esto supone el 80% de lo que se podrá depurar en esta instalación. Con posterioridad, en un par de meses, se incorporarán a esta Edar las aguas residuales de los vecinos de Carracedelo y Camponaraya, hasta encontrarse a pleno rendimiento.
A partir de ahora, una vez conectada Ponferrada, el proceso de depuración es ya imparable y pasa por diversas fases. La primera que se ha puesto en marcha es el proceso físico de depuración, eliminando los sólidos en suspensión. En un plazo aproximado de un mes dará comienzo el proceso biológico del tratamiento. La tercera fase y final es el proceso químico, en el que se trata de eliminar nitrógeno y fósforo. Cabe señalar que con la depuración se producirán unos gases con los que se generará más del 30% de la energía que consume toda la estación para completar el proceso de limpieza de las aguas.
Todo el proceso físico y químico de limpieza de las aguas sucias estará a pleno rendimiento en unos cuatro meses, dado que todo sigue una evolución necesaria. Los técnicos han estado en los últimos meses revisando las instalaciones de la Edar de Villadepalos, después de que en el 2005 terminasen la obras, y ahora está ya prácticamente todo ajustado.
La presidenta de la Mancomunidad que gestiona la depuradora, Encina Pardo, junto con los alcaldes de Carracedelo, Raúl Valcarce, y Camponaraya, Antonio Canedo, acudieron ayer a las instalaciones para seguir de cerca el proceso de limpieza de las aguas con los técnicos. Pardo dijo que, en contra de los agoreros, que ponían en duda la capacidad para sacar adelante este proceso, «finalmente se ha conseguido». Y todo pese a tener que sortear numerosos contratiempos políticos y administrativos. «Se han revisado las instalaciones y hemos tratado de hacerlo con el máximo rigor», expresó Pardo, quien tuvo palabras de agradecimiento para la Confederación Hidrográfica Miño-Sil «por la colaboración absoluta prestada».