Diario de León

Los cambios en la cúpula no frenan el goteo de deserciones

Inés Arrimadas, en un acto público. QUIQUE GARCÍA

Inés Arrimadas, en un acto público. QUIQUE GARCÍA

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Después de la tormenta tampoco llegará la calma a Ciudadanos. Inés Arrimadas no ha conseguido aplacar el malestar interno tras la carámbola de Murcia, que dejó a los liberales fuera de dos gobiernos autonómicos en apenas 24 horas, y la desbandada en sus filas ya ha comenzado.

Si el lunes era el líder de la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, quien abandonaba el barco naranja antes de su hundimiento, ayer eran dos diputados de la Asamblea de Madrid los que seguían sus pasos. Sergio Brabezo y Marta Marbán anunciaron su marcha entre duras críticas al partido y tras denunciar presiones de la dirección para firmar una moción de censura contra Isabel Díaz Ayuso.

Marbán, que acompañó a Francisco Igea en el proceso de primarias que enfrentó al vicepresidente de Castilla y Léon con la actual líder liberal, dijo no sentirse identificada «con lo que está pasando dentro de Ciudadanos». A pesar del clamor interno que exigía cambios de calado tanto organizativos como estratégicos, Arrimadas se ha limitado a remodelar su cúpula con ambios superficiales e insuficientes que propiciarán un goteo de bajas entre los más críticos que en la dirección asumen ya.

OPA del PP

La propia Arrimadas advirtió este lunes de que habría nuevas fugas entre sus filas. «Hay personas que están y estaban en Ciudadanos -dijo-, pero que no son de Ciudadanos». En la cúpula naranja aseguran que a Cantó «se le ofreció formar parte de la ejecutiva y se negó a todo» porque «venía con la idea de dimitir». Según el dirigente valenciano, su intención es abandonar la política y volver al mundo de la interpretación donde ya tiene la oferta de una productora. Pero en el partido liberal desconfían de sus intenciones y descuentan que será cuestión de tiempo su alistamiento en el PP.

El anuncio del exsecretario de Organización, Fran Hervías, de abandonar el partido para sumarse a las siglas del PP ha sido un jarro de agua fría para la Ciudadanos. Si alguien sabe de las fortalezas y debilidades de sus dirigentes, de arriba a abajo, es Hervías. Él fue el encargado de dirigir con mano de hierro la afiliación y la organización territorial y en la cúpula naranja temen que se convierta en el enlace de los populares para acceder a los cargos críticos o afines a Albert Rivera que buscan saltar al partido de Pablo Casado.

Ya hacía tiempo que el PP quería absorber a Ciudadanos pero tras el revés de Murcia ha aprovechado el momento de debilidad para lanzar una OPA que podría contribuir a la desaparición de los liberales del tablero político.

Críticos de Renovadores Cs, la plataforma a la que está adscrito Igea, han exigido a Arrimadas una asamblea extraordnairai tras las elecciones del 4M en Madrid.

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