Mueren cinco militares, uno de León, tras caer un helicóptero en Valladolid

Cuatro de los ocupantes perdieron la vida en el acto carbonizados y pocas horas después un quinto militar a causa de las graves quemaduras sufridas, que afectaban al 90% de su cuerpo. Éste último, fue ayudado a salir del aparato por los agricultores de la zona, que rápidamente se acercaron hasta el lugar del accidente para intentar salvar la vida de sus ocupantes. Dos de los ocupantes pertenecían a la base riojana de Agoncillo.El siniestro, cuyas causas aún no han sido esclarecidas, se produjo sobre las 17.30 horas cuando el helicóptero, que pertenecía a la base aérea de Agoncillo, próxima a Logroño, se encontraba de maniobras con efectivos de la Academia de Caballería de Valladolid, ejercicios enmarcados dentro del Plan General de Instrucción de la citada Academia. Los fallecidos son cinco sargentos con las iniciales J. L. R. P., nacido en Madrid; F. J. G. S., de 35, natural de León; A. T. P. e I. O. C., S. M. S. El helicóptero se estrelló en el páramo, a unos dos kilómetros de Villanueva, y se desató un posterior incendio en el que perecieron en el acto cuatro ocupantes, que resultaron carbonizados, mientras que un quinto militar logró sobrevivir pero falleció poco tiempo después sobre el terreno cuando era sometido a maniobras de estabilización previas a su evacuación hasta la Unidad de Quemados del Hospital Universitario de Getafe. El juez de instrucción ordenó no facilitar las identidades completas de los fallecidos a los medios de comunicación hasta que no se realizarán las autopsias por las graves desfiguraciones de los cadáveres, según informó la Guardia Civil de Valladolid. Ayuda a los agricultores Uno de los primeros en llegar al lugar del siniestro fue un vecino del pueblo, José Antonio H. B., de 45 años, quien vio cómo uno de los militares, el único que había sobrevivido, fue rescatado de la aeronave en llamas por dos agricultores. El testigo explicó que escuchó una gran explosión cuando se encontraba en la ladera del páramo donde se estrelló el helicóptero y que al acercarse hasta el lugar del siniestro encontró un amasijo de hierros envuelto en llamas. Tardanza del 112 Fue entonces cuando vio cómo uno de los ocupantes, con el uniforme destrozado y totalmente quemado, fue ayudado a salir por dos agricultores que se encontraban en las inmediaciones. «Se encontraba aún consciente pero hubo que ayudarle a que se quitara la ropa y las botas porque las tenía totalmente calcinadas», relató José Antonio H. B., que, además, fue la persona que dio la primera voz de alarma y se puso en contacto telefónico con el servicio 112. A este respecto, José Antonio H. B. mostró su indignación por la tardanza, según él, del citado servicio en ponerse en marcha y desplazar hasta el pueblo ambulancias para asistir a los afectados. «Me han tenido no sé cuanto tiempo al teléfono porque no sabían donde se encontraba el pueblo», censuró. Villanueva de los infantes mantendrá las banderas a media asta en señal de duelo por los cinco militares muertos.