Diario de León

| Crónica | A siete días vista |

Encuentros en la tercera fase

Si en el panorama nacional se celebran reuniones secretas que acaban siendo «vox populi», aquí, en casa, se producen silenciosos encuentros de los que nadie quiere hablar

Publicado por
Rosa Masegosa - valladolid
León

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No se habla de otra cosa que de la crisis abierta tras la reunión del representante de Esquerra Republicana, Carod-Rovira, con dirigentes de la banda terrorista ETA. Y no es para menos. Hasta el secretario regional del PSOE, Ángel Villalba, y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, dejaron por unos días los asuntos domésticos para pasar a formar parte de la vorágine de opiniones, interpretaciones, elucubraciones, suposiciones y hasta sentencias que se han desatado esta semana tras saltar la noticia a la plaza pública. El líder de los socialistas castellanos y leoneses no dudó en convocar una rueda de prensa en Valladolid a la misma hora que la que convocaba Pacual Maragall en Barcelona para anunciar su decisión sobre el conseller en cap, lo que en ningún momento quitó protagonismo a uno ni le dio más al otro. Por otro lado, a Villalba le bastó con que su líder nacional, José Luis Rodríguez Zapatero, hubiera demostrado su autoridad dentro del PSOE, -a pesar de que en aquel momento Rovira seguía en el Ejecutivo catalán-, mientras que los populares hicieron chistes con eso de «cesar un poco». Reunión secreta Otra reunión «secreta» de la que aún se sabe menos es la que al parecer tuvieron «al más alto nivel» responsables de la Junta y del Partido Socialista la semana pasada. El único punto del orden del día, como no podía ser de otra forma, debió de ser Caja España. Y es que la entidad acaba de volver a ser el escenario de un nuevo capítulo de esa comedia surrealista que protagonizan desde hace meses PP, PSOE y UPL. Si algo quedaba por politizar en la Caja de Ahorros más importante de la comunidad era la denominada «operación Iberdrola», y ya se ha hecho. El nuevo presidente de la entidad se abstuvo en la votación sobre la entrada en esta compañía, según dicen, siguiendo las directrices de la Unión del Pueblo Leonés, y en contra de lo que postulaban los socialistas y, aún más vehementemente, los populares. Como dice Amilivia, ya hay pocas cosas a las que agarrarse para no comparar lo que sucede en Caja España con cierto pacto de gobierno firmado el pasado mes de junio en la capital leonesa. Y mucho menos sutil es el portavoz de los populares en las Cortes de Castilla y León, José Antonio de Santiago Juárez, quien relacionó directamente la situación vivida en Caja España con la necesidad de mantener el gobierno «de la ciudad del señor Zapatero. Bronca monumental Y como no hay dos sin tres, estos días también tuvo lugar otra «secretísima reunión» entre los máximos responsables del PP de Castilla y León, -lease Juan Vicente Herrera y Alfonso Fernández Mañueco-, el presidente provincial de León, José María López Benito, y los populares «díscolos» del Bierzo. Escuchando a unos y a otros, lo único que se puede sacar en claro es que la bronca que Herrera echó a los bercianos debió de ser monumental. No en vano los populares del Bierzo, con Fátima López Placer a la cabeza, estuvieron a punto de boicotear el último acto del candidato Mariano Rajoy en León, algo que, conociendo el estido del Partido Popular, ni se perdona, ni se olvida. Si bien a comienzos de esta semana parecía que no había marcha atrás y que de no bajarse del carro iba a haber más que palabras con los representantes bercianos, o bien le iba a dar un «yu-yu» al presidente provincial del PP, que lleva mucho tiempo «sufriendo en silencio», finalmente las aguas parecen volver a su cauce. La dirección regional del PP de Castilla y León confirmó a este periódico que, independientemente de las reivindicaciones e incluso de las amenazas, el Bierzo contará con representantes en los puestos de salida de las listas electorales. En el momento de cerrar esta crónica aún no se sabía ni quiénes ni cuántos populares del Bierzo figurarán en esas listas, pero lo que es seguro es que el secretario provincial del PP, Ángel Escuredo, tiene muy pocas papeletas.

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