Diario de León

| Reportaje | Vivir con una sonrisa |

La belleza de la cicatriz

Doce mujeres mastectomizadas de Zamora aparecen en un calendario para apoyar la lucha contra el cáncer; una forma de alertar sobre la necesidad de prevenir la enfermedad

Publicado por
Juanma de Saá - zamora
León

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Muestran abiertamente o dejan entrever sus pechos con una sonrisa de desafío aunque todas ellas perdieron uno, al menos, hace tiempo, cuando sus células comenzaron a proliferar caprichosamente sin control. La cirugía intervino con rapidez para llevarse sin dudarlo parte de su belleza a cambio de vida y dejó como recuerdo imborrable una cicatriz que estas doce mujeres han asimilado y aceptado con entereza, pensando en transmitir la idea de cómo seguir adelante. Precisamente, el justificado optimismo al mirar hacia el futuro y la prudencia lógica basada en la prevención del cáncer a través de reconocimientos periódicos impulsaron a una docena de mujeres que forman parte de la Asociación Española Contra el Cáncer en Zamora a apoyar sin reparos la iniciativa de crear un calendario, dejando fotografiar su cuerpo con total naturalidad. «Se pensó que era una forma de alertar sobre los peligros del cáncer y de obtener fondos y a muchas nos pareció una buena idea, así que nos prestamos a ello hasta el punto de que había más mujeres dispuestas que meses. Se trata de encontrarse a gusto y de que se venda el calendario y no importa si estás más fea, más guapa o si te han sacado mejor o peor», comenta Mari Luz Gallego, que se autodefine como «Octubre» con una sonrisa. En blanco y negro En la correspondiente página del calendario de 2005 aparece en blanco y negro, desnuda de cintura para arriba, con los codos apoyados y la mandíbula descansando plácidamente sobre sus puños. Es una mujer madura, fornida y bella a la que poco trabajo le habrá costado lograr que la mirada del observador se detenga antes en sus ojos que en la gran cicatriz que recorre el lugar donde una vez estuvo su seno derecho. «Las mujeres tienen que mentalizarse y darse cuenta de que hay que autoexplorarse, hacerse mamografías e ir al ginecólogo con frecuencia», afirma. Mari Luz es una modelo más junto a Pilar Pérez, Aurora Millán, Socorro Fernández, Pepi Soleto, Carmen Ortiz, Pruden Garrote, Mercedes Pérez, María Jesús Mariscal, Eloísa Marchán, Maribel Crespo y Cirila Guerra. Es consciente de que su forma de ser, abierta y pizpireta, cautiva a propios y a extraños pero asegura que «no soy la catalizadora de nada aunque es verdad que por mi carácter tiendo a quitarle la importancia a todo y eso le viene bien a mis amigas cuando las veo más desanimadas». Nueva imagen corporal El proceso desencadenado una vez se ha conseguido diagnosticar la enfermedad no finaliza con la extirpación quirúrgica del mal sino que se prolonga en el tiempo hasta que la paciente asume los cambios drásticos producidos. «Es fundamental transmitir a las mujeres con problemas de este tipo que hay un final y que pueden llegar a estar perfectamente después de haber visto modificado su cuerpo y que pueden sentirse guapas y sin complejos con la aceptación de su nueva imagen corporal», explica María Jesús Viejo, psicóloga de la Asociación. La lección de cómo controlar los propios fantasmas y cómo atenuar la presión del pudor no ha dejado a nadie indiferente, despertando variadas reacciones y cumpliendo de esta forma el objetivo primordial de llamar la atención sobre un problema que nunca considera el qué dirán. En este sentido, el análisis psicológico puede orientarse también hacia al propio público, que ha apoyado mayoritariamente y con entrega la iniciativa aunque ello no ha impedido las críticas furibundas desde ciertos sectores. En cualquier caso, el impacto de la fotografías de José Enrique Villar ha sido notable, prueba de lo cual es que se están agotando, al precio de tres euros por unidad, los mil ejemplares de la primera edición y que se prepara ya la segunda para mediados de este mes porque no es frecuente poder contemplar curvas rotundas con líneas cicatrizadas que desdibujan los contornos esperados y que para las mentes menos preparadas o para las más calenturientas pueden incluir una indeseable dosis de morbo. «Hemos tenido que escuchar cosas como que es una vergüenza que andemos enseñando las tetas con tanta alegría», señala Mari Luz con pesar.

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