Más de 14.000 personas han visto el encierro de 18 artistas en el Musac
Desde el 10 de abril el público verá el efecto de la cuarentena sobre las exposiciones iniciales
Una de las salas del Musac.
Cuarenta días de encierro, a un ritmo de doce horas de trabajo, dan para mucho. El Proforma , experiencia inédita en el mundo del arte, que ha permitido a quince voluntarios «interactuar» con las obras de los artistas vascos Txomin Badiola, Jon Mikel Euba y Sergio Prego, ha concluido. Ahora resta mostrar los resultados. Y comparar la exposición que se inauguró en el Musac el 30 de enero con la que podrá verse a partir del 10 de abril. Hasta ese día, el trío vasco tiene que «poner en claro» la ingente producción que han «engendrado» durante esta cuarentena artística.
La exposición, reconocen, puede verse en un día, pero el material recopilado en el llamado módulo de trabajo es tan inabarcable como un archivo. Una performance con un caballo, un ejercicio con perros adiestrados, caminar sobre una escultura hinchable sujeto por unos arneses a seis metros de altura o «arrinconar» todas las exposiciones en el menor espacio posible, son algunos de los 30 ejercicios en los que ha consistido el Proforma, que ha contado con el apoyo de siete artistas que se han ido sumando a este singular proyecto.
¿Para qué tanto esfuerzo? Si se les pregunta a Badiola, Euba y Prego para qué sirve todo esto responden, a su vez, con otra cuestión: «¿Y para qué sirve cualquier exposición de arte contemporáneo?». Prego añade que sirve para que el público se haga preguntas en otras exposiciones. El Proforma no concluirá el 6 de junio, cuando cierre sus puertas en el Musac, sino que marcará un antes y un después tanto en el mundo del arte como en la propia trayectoria de los artistas protagonistas, que son conscientes de haber acumulado una enorme cantidad de material y experiencia como para seguir «explotando» este filón. El objetivo del Proforma , aseguran, era ofrecer una aproximación al arte desde una perspectiva diferente a la del consumo. «Niños de ocho años nos preguntaron por qué cambiaba siempre la exposición». Y los autores contestaron que les parecía interesante que el público pudiera asistir al proceso de creación.
¿Y esto va a calar en el público? Badiola, Euba Prego consideran que lo que los espectadores en algunos casos han percibido como «un incordio» -"ya que los ejercicios han obligado a cerrar salas algunos días o a ver sólo parcialmente la exposición-", cuando pase el tiempo recordarán la experiencia. Auguran que el Proforma tendrá su efecto en la gente a largo plazo. Lo cierto es que, de momento y en los cuarenta días que ha durado el encierro, la exposición ha sido vista por más de 14.000 personas. Ahora queda la segunda parte...