Diario de León

Ninguneado y desconocido

Pedro Carvajal reivindica en -˜La travesía de don Juan-™ al padre del Rey, un personaje «clave para la transición a la democracia»

El conde de Barcelona, en una imagen del año 2005.

El conde de Barcelona, en una imagen del año 2005.

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d. roldán | madrid
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Mujeriego, masón, títere comunista, borracho, vividor o ladrón. Son algunos de los calificativos que la propaganda franquista usó para desprestigiar a don Juan de Borbón (La Granja de San Ildefonso, 1913; Pamplona, 1993) y cortar cualquier atisbo de reivindicación monárquica. Era comienzos de la década de los 40 y la segunda guerra mundial estaba en pleno apogeo. España estaba destrozada y no levantaba cabeza. Algunos militares del levantamiento contra la República, como Alfredo Kindelán, abogaban por el regreso de don Juan al trono. Pero cualquier posibilidad, por remota que fuera, de una restauración monárquica, acabó con el manifiesto de Lausana.

Esta declaración publicada el 19 de marzo de 1945 supuso el fin de sus aspiraciones monárquicas, pero denotaban un espíritu democrático desconocido por los españoles. Así lo recoge el guionista, productor, director y escritor Pedro Carvajal en La travesía de don Juan (Temas de Hoy), una biografía que recoge fotografías y documentos inéditos encontrados en los archivos familiares.

El autor es hijo de Francisco Carvajal, conde Fontanar, íntimo amigo y consejero del conde de Barcelona. «Don Juan era ante todo un marino, cuyo viaje acabó en un buen puerto que fue la Constitución», apuntó el autor durante la presentación del libro en el auditorio del Cuartel General de la Armada. Carvajal insistió en que el padre del rey sufrió a lo largo de su vida un doble silencio, el que le provocó Franco y el de la Transición, cuando «fue callado porque no interesaba que hablara». Asimismo, señaló que todavía perdura esa imagen de don Juan, cuando demostró «con sus actos» que era todo lo contrario a lo que el régimen franquista quería. Jaime Carvajal, hermano del escritor y compañero de estudios del rey, explicó que en el manifiesto de Lausana, el conde de Barcelona ya daba ideas de lo que treinta años después fue la Transición: «Primordiales tareas serán: aprobación inmediata, por votación popular, de una Constitución política; reconocimiento de todos los derechos inherentes a la persona humana y garantía de las libertades políticas correspondientes; establecimiento de una asamblea legislativa elegida por la nación; reconocimiento de la diversidad regional y amplia amnistía política».

El libro recoge, además de las vivencias de la familia real en el exilio portugués de Estoril, la aventura de El Saltillo . Don Juan, después de la muerte de su hijo Alfonso, decidió cumplir uno de sus viejos sueños: cruzar el Atlántico en un barco de vela y aprovechándose de la fuerza de los vientos alisios. La preparación del viaje coincidió con una visita a Portugal de Carmen Polo, mujer de Franco. Tras intentar persuadirlo por todos los medios posibles, y veintiséis días después de salir de Lisboa, el barco de don Juan el barco llegaba a la isla caribeña de Antigua. En Puerto Rico aprovecharía para visitar al escritor Juan Ramón Jiménez.

A Franco no le gustó nada la visita de don Juan «a un exiliado, a un enemigo del régimen y de España». El padre del rey se limitó a contestar: «Yo también soy un exiliado». Con esta novela, Carvajal quiere darle a la figura del padre del monarca un cariz «más personal» después de haber tratado otros temas de la posguerra como El exilio español , Julián Grimau, la última víctima de la Guerra Civil y Memoria socialista .

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