Diario de León

La hora más oscura

Comandados por la película ‘El monje’, la estética del terror y el miedo como entretenimiento resucitan en un año cultural que volverá a sacarle gusto a lo gótico .

Vincent Cassel protagoniza ‘El monje’, versión de la obra publicada en 1796 por Matthew G. Lewis.

Vincent Cassel protagoniza ‘El monje’, versión de la obra publicada en 1796 por Matthew G. Lewis.

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pilar manzanares | madrid
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Las niñas ya no quieren ser princesas. Las antiguas coronas de sus muñecas han dejado paso a otras más fúnebres. El universo gótico parece haber salido de nuevo de la tumba y, fascinados por la oscuridad y lo que ella evoca y esconde, nos alejamos de la luz. Las Monster High solo llevan un año en España pero ya se han convertido en las reinas de las muñecas. Ellas son las hijas de mitos como Drácula, Frankenstein o algún zombie de esos que ahora caminan mucho más rápido que los que hicieron famoso a George A. Romero. A pesar de la herencia genética, son guapas y modernas, y tienen una web que en España visitaron más de medio millón de internautas el mes pasado.

Si el fenómeno generado por la saga Crepúsculo fue seguido por un movimiento que dio lugar a series como True Blood , basada en la saga de The Southern Vampire Mysteries , de Charlaine Harris, ahora el gótico resurge en su versión más clásica. Aunque el cine en general se ha nutrido con obras y personajes nacidos en la literatura gótica, títulos tan emblemáticos como El monje no fueron su objetivo. De hecho, de la novela de Matthew Gregory Lewis hasta ahora quedaba poco menos que una versión protagonizada por Franco Nero dirigida en el 72 por Ado Kyrou (con guion de Luis Buñuel) y una rareza de adaptación más que libre realizada por Francisco Lara Polop en 1990.

Pero este año El monje tendrá la que seguramente será su adaptación más mediática; para ello cuenta con la estrella francesa Vincent Cassel en el papel principal y con el talento del director Dominik Moll, que ya sorprendió con Harry, un amigo que os quiere . De «blasfema e inmoral» tacharon a la novela de Lewis cuando se publicó en la Inglaterra de 1796. Las historias de un capuchino que cede a sus impulsos sexuales, una monja embarazada y una abadesa criminal no podían ser vistos con buenos ojos. Pero el público ignoró toda advertencia y el éxito fue inmediato.

Regresa Allan Poe. No será El monje el único que este año regresará a la gran pantalla. Lo hará también Edgar Allan Poe —bajo la piel de John Cusack— protagonizando en marzo El enigma del cuervo . Esta película incorporará la brutalidad de los relatos de Poe a los asesinatos que comete un criminal inspirado por el padre del romanticismo oscuro y nos devolverá a la era del esplendor del cine gótico, cuando directores como Roger Corman o Mario Bava basaban gran parte de su filmografía bien en argumentos de sus obras, bien en sus personajes o en sus terroríficas atmósferas.

En esos años dorados, también vieron la luz películas como Suspense , de Jack Clayton, basada en Otra vuelta de tuerca , de Henry James. Por suerte, esta fantasmal novela gótica ha sido reeditada este mes por Siruela en un tomo que es una joya: la traducción es la de José Bianco, del que Borges alabó su labor, y cuenta con un prólogo de uno de los grandes escritores de hoy, José María Guelbenzu.

Los culpables de que Drácula deambule ahora por los teatros con el cuerpo de Ramón Langa, los directores Eduardo Bazo y Jorge de Juan, se atrevieron hace un par de años con la adaptación teatral de la obra de Susan Hill, La mujer de negro . Ahora, esta novela de casa encantada y apariciones vive su primera adaptación cinematográfica. Su protagonista, Daniel Radcliffe (léase Harry Potter). Su estreno, el 17 de febrero.

No podía faltar a esta cita Tim Burton, el director que probablemente mejor ha manejado la estética gótica en los últimos tiempos, haciendo de ella un universo personal con un estilo muy definido. Esta vez, el cineasta trabaja en la conversión a largometraje de su corto en blanco y negro Frankenweenie . La creación de Mary Shelley que tantas operaciones ha sufrido obtuvo en la película de James Whale una de sus mejores caras, la de Boris Karloff. Fue este filme el que inspiró a Burton su tierna historia, en la que un niño se esfuerza para volver a la vida a su difunto perro Sparky.

Y así, la novela gótica y su estirpe siguen convenciendo de que hay terrores erigidos para el placer y el entretenimiento. En el fondo, es lo que siempre ha buscado este género. ¿Lo seguirá logrando este año?

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