Diario de León

El ‘Purple’ alcanza durante la jornada de hoy su nota más alta

Tras un comienzo explosivo aterrizan esta noche Night Beats y The Black Angels.

Los suecos The Most abrieron ayer fuego sonoro en el escenario del CHF para a continuación dejar paso a Nikki Hill y a The Decibels.

Los suecos The Most abrieron ayer fuego sonoro en el escenario del CHF para a continuación dejar paso a Nikki Hill y a The Decibels.

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e. gancedo/ P. rodríguez | león
León

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A Pablo García lo que más le ha gustado del Purple Weekend es la tapa de cocido que le han dado frente al Gran Café. Nunca pensó que la segunda mañana de festival le recordara a su madre y sus guisos después de la más que arrebatadora primera jornada en la que ‘Lala’ Brooks llegó, vio y sedujo a todo el mundo. La cantante de The Crystals se hizo con el imponente escenario Estrella Galicia para demostrar que la que tuvo retuvo, y que ahora aporta no solo más que historia, sino uno de los directos más potentes que se pueden recordar de las últimas ediciones del Purple Weekend, acompañada por los inspiradísimos Allnight Workers.

Pero antes, Fogbound desplegó en la tarde del jueves un espléndido concierto para abrir boca de un festival que, sí, también tiñe de verde parka la ciudad. Y es que lo que tiene el Festival Internacional Purple Weekend de León, organizado por el Centro Comercial Abierto León Gótico, patrocinado por Son Estrella Galicia, Pepsi y Kas, Fundación Aguas de León y Ayuntamiento de León, es una vocación expansiva a prueba de bomba. Ayer por la tarde, después de unos Peralta que hacen de sus directos delicatessen pop, salió a escena Kurt Baker y se comió el Espacio Vías con un repertorio imparable en el que cupo hasta la mejor versión de Elvis Costello.

Por la mañana, los miembros de Niño y Pistola arrasaron con sus guiños al siempre imprescindible pop-rock americano, y The Limboos, en El Gran Café, respondieron con otro lleno que invitaba a combatir el frío con buen vino de León. Pero uno de los momentos álgidos del festival fue el sorprendente desfile de moda vintage , en el que al igual que hoy los fieles de la León Scooter Division desparramaron entusiasmo al convertirse en animados modelos por un día. Manuel Romero o Eva López fueron de los que desfilaron con total disciplina, aunque hoy la cosa será en moto, con homenaje incorporado a la Cultu , en la tradicional Scooter Run que desembocará en otro cocido en Villaobispo.

Ya para entonces, otra de las asistentes foráneas del festival, en este caso Carmen Álvarez, había descubierto que el Barrio Húmedo era un sitio idóneo para degustar la morcilla leonesa, y para allá se fue porque quería llegar en plenitud de facultades al concierto del citado Kurt Baker, que conviene repetir que llenó y mantuvo al máximo la atención de un público que no perdió detalle y que aplaudió a rabiar, entre otras cosas porque decía frases como «mola mucho el Purple Weekend».

Y si de The Decibels se dice que, «allá por 1997 sacaron a la luz uno de los discos imprescindibles para los buenos aficionados al power-pop», la sensación confirmada de ayer fue que Baker es un digno heredero de todo aquello. Como cuando, por ejemplo, se plantó casi al final del concierto y cantó Mr. Postman , y todos se quedaron con la sensación de estar asistiendo a algo grande. Porque sonó como un rezo en el que cabría incluir como letanía: ‘Purple nuestro que estás en León’. Porque ni el frío de Padre Isla frenó la tradicional peregrinación del escenario Pepsi Kas al de Estrella Galicia. Como multiplicándose, del aforo menor del Espacio Vías al grande del pabellón del CHF. Pocas veces se ha visto al público tan empeñado en seguir hasta el último instante un concierto como el de Kurt, que se ganó por derecho ser una de las grandes sorpresas del Purple. Aunque ayer, todavía a media noche, muchos suspiraran por la magia supervitamínica de una ‘Lala’ Brooks en estado de gracia.

Noches para recordar

Pero junto a la concurrencia habitual del evento hay que recordar que el festival púrpura atrae también a aficionados a la música que quieren compartir otras experiencias. Por eso, a un grupo procedente de Madrid, entre concierto y concierto, entre tapa y tapa, hablaban de pasarse por el Musac antes de dirigirse definitivamente al CHF, lugar en el que se vivió una segunda noche mágica.

Y es que ayer Nikki Hill demostró por qué se dice de ella que es la gran heredera del soul. En poco tiempo ha ido ganado adeptos que encuentran en su originalidad las suficientes dosis de purismo para ser tanto referencia como renovación. En el escenario Estrella Galicia hipnotizó a un público que quería verla en todo su esplendor, y exactamente así ocurrió.

The Most fueron unos invitados de lujo para abrir boca con una enorme descarga beat totalmente apropiada a la filosofía del festival. Y también estuvieron The Decibels, una de esas bandas que justifican su presencia solo por la cantidad de público que si se acercó hasta el festival fue para verles.

Así, y por muchas cosas, esa tapa de cocido de por la mañana representa gran parte de la propuesta del festival. Tradición y apertura, historia e innovación; la exposición de Dani Martín o el mercadillo, la muestra de Roberto Argüelles o las intensas pinchadas son solo pedazos de la demostración de poderío urbano del Purple Weekend. De hecho, puede decirse que la sesión de dj’s en el Gran Café o la de por la noche, esos allnighter que para muchos se convierten en inolvidables, fueron también parte indiscutible de una programación que mañana alcanza su cuarta jornada y que demuestra la vigencia de un evento que entre pitos y flautas ha cumplido 25 años muy bien llevados.

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