Diario de León
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Opinión | Mikel Labastida

Hay trabajos en televisión que marcan las carreras de los actores que los interpretan. A Adriana Ugarte se la recordará durante mucho tiempo por su Sira de El tiempo entre costuras , igual que Miguel Ángel Silvestre será hasta sus últimos días El Duque por Sin tetas no hay paraíso .

Otros personajes son menos vistosos, logran menor estruendo, pero quedan anclados de igual manera en el corazón de los espectadores. Es el caso de Blas Castellote, el veterano de Periodistas , que se pasaba el día refunfuñando en la redacción del diario Crónica. En la ficción que emitía Telecinco el protagonismo recaía en Coronado, Belén Rueda y Amparo Larrañaga, pero eso no ensombreció la labor de otros intérpretes. Álex Angulo se ganó el cariño de la audiencia con sus batallitas, sus frases de cascarrabias y sus idas y venidas sentimentales con Mamen, papel que encumbró a María Pujalte.

Así lo demostraron los usuarios de las redes sociales el pasado domingo cuando se conoció la triste noticia de la muerte del intérprete vasco. Castellote fue mentado hasta la saciedad desde el apego y la admiración.

Angulo bordó interpretaciones en el cine de la mano de Álex de la Iglesia, Almodóvar o Guillermo del Toro, pero apuesto a que ninguna de ellas lo acercó tanto al público como la serie de Globomedia. Después participó en otros proyectos televisivos como La República o Toledo , pero nunca con la repercusión que le otorgó Periodistas . Castellote consiguió colarse como uno más de la familia en los salones de muchas casas a la hora de cenar. Como Chanquete, como la farmacéutica Lourdes Cano, como las señoras de Aquí no hay quien viva ... Ahí no entra cualquiera.

Angulo lo logró con el papel de un tipo corriente. Como tú y como yo. Ésos sí que son difíciles. No digo que dar vida a una reina, a un mafioso, o a una matriarca mala malísima sea sencillo, pero sí que puede resultar más lucido si se atina.

El secundario tiene el reto de brillar desde el final del escenario. Angulo estaba acostumbrado a hacerse ver desde esa ubicación poco resplandeciente. Y se le veía. Ya lo creo que se le veía. Se le va a echar mucho de menos ahí detrás.

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