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Alarma roja para la casona forestal de Riocamba

Hispania Nostra denuncia el estado de su portada, llevada desde Vegamián .

Detalle de los escudos, blasones e inscripciones que pueblan esta portada del siglo XVI, hoy en el monte de Riocamba.

Detalle de los escudos, blasones e inscripciones que pueblan esta portada del siglo XVI, hoy en el monte de Riocamba.

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E. Gancedo | León
León

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El nuevo edificio incluido en la Lista Roja del Patrimonio, ese amplio inventario de inmuebles amenazados que elabora la asociación de ámbito nacional Hispania Nostra, tiene un cuerpo y un rostro, y ambos son muy diferentes. El primero constituye un conjunto de edificaciones forestales sin excesivo interés artístico pero su portada es otra cosa: a finales de la década de los sesenta fue arrancada —literalmente— de una casa noble de la villa montañesa de Vegamián durante la construcción del embalse del Porma y llevada a los frondosos montes de Riocamba, en el extremo oriental leonés, con el fin de enlucir la cara más visible de un amplio grupo de inmuebles del Patrimonio Forestal del Estado.

Hoy, y después de un tiempo de gran actividad, el conjunto muestra «un segundo piso inhabitable, registrándose desplomes de paredes, pérdida de parte del tejado que protege la fachada e innumerables humedades, además de presentar la escalera de acceso a la fachada trasera caída y la del otro torreón prácticamente también», todo ello según la ficha elaborada por Hispania Nostra para su página web. La portada muestra varios escudos y blasones y una leyenda que reza: «Ésta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino espirituales».

Según expone este colectivo cultural, fue en el año 1967 cuando se trasladó la que califican de «espectacular fachada de una casona hidalga de finales del siglo XVI, elaborada en piedra arenisca de color claro» gracias «al interés personal de un ingeniero de Montes que trabajó anteriormente en Vegamián». «Cuatro años más tarde, en 1971 —prosiguen— se levantó como fachada de la Escuela de Guardas Forestales y allí permanece formando parte del edificio». Asimismo, denuncian que el lugar no cuenta, hoy, con cometido alguno: «Durante los últimos años se han abandonado las instalaciones, que presentan un estado de ruina muy preocupante. Actualmente residen allí un agente medioambiental y un peón forestal junto a su familia».

Pero en el pasado su situación fue muy diferente. Desde Hispania Nostra recuerdan que después de innumerables litigios protagonizados por los pueblos de Cea y Valdavida por hacerse con el aprovechamiento de sus montes, fue en 1944 cuando la junta vecinal del primero vendió Riocamba al Estado por 560.000 pesetas. Y que en 1944 el ingeniero Juan Jesús Molina redacta una memoria de reconocimiento que es el primer documento de carácter forestal relacionado con el monte, en el que incluye una serie de propuestas de actuación para la mejora del mismo y el primer proyecto de repoblación de las 2.780 hectáreas. «A partir de entonces se construye una gran casa forestal y diversas dependencias para acoger a los trabajadores, se instala un amplio vivero para producción de planta forestal y se hacen diversas charcas en el monte con el fin de proporcionar agua a la fauna que está comenzando a recuperarse —informan—. Decenas de familias trabajan y viven en Riocamba, varios niños nacen allí, se crea una escuela para su educación y hasta se levanta una ermita».

El panorama era bien distinto en agosto de 1996: ese mes la ermita fue saqueada por completo, los ladrones se llevaron una talla de San Juan en madera barnizada, un sagrario que contenia un cáliz dorado, una imagen de la Virgen, una lámpara de madera y una talla de escayola del niño Jesús con su cuna, incluso las peanas de mármol que sustentaban las imágenes son arrancadas. «Recientemente, hasta el campanario fue derrumbado para expoliar su campana», ejemplifican desde Hispania Nostra.

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