Cuando la juventud es eterna

Simplemente Castorina, un claro ejemplo de cómo la edad física es lo de menos a la hora de crear arte. Castorina sigue manteniendo, a pesar del correr del tiempo, el pulso firme y las manos tremendamente fuertes para enfrente a la piedra, al barro o a cualquier otro elemento que le sirva para expresar lo mucho que esconde dentro de su pequeña figura. Castorina sigue trabajando al aire libre en su casa-museo-taller de Astorga, y reproduciendo cada día ese mágico milagro que convierte la piedra informe en maravillosas figuras, en importantes esculturas. Llega ahora la genial artista a la galería de arte Ármaga, lo hace con una interesante colección de esculturas y con una muestra de sus extraordinarios dibujos. «La escultura nace del dibujo —nos dice— yo imagino mis dibujos en tres dimensiones, porque algún día acabarán por convertirse en esculturas. No todo el tiempo hay que estar tallando la piedra o modelando el barro, también hay que dejar que las ideas fluyan… y yo, cuando llegan, procuro dejarlas registradas en papel, para que no se pierdan en el olvido».

La artista astorgana reconoce que ella lo que gusta es estar siempre «con las manos en la masa», trabajando y buscando nuevas formas. «En esta exposición presento —explica— una nueva dimensión de mi trabajo. Nunca había realizado bronces en serie, pero mi amigo Amancio se empeñó en que tenía que hacerlos. Un día se presentó en mi taller y se fue con una pequeña figura que estaba modelando en barro. Cuando volvió a visitarme la traía fundida en bronce y me lleve una gratísima sorpresa. Desde entonces he realizado varias, fundidas en pequeñas series de siete ejemplares cada una, que me permiten llegar más fácilmente al público conservando la esencia de mi modo de entender la escultura».

‘Obra pública’

En su obra Castorina siempre ha tenido como parte importante de su inspiración a la mujer y, especialmente, a la maternidad. Así puede comprobarse en sus grandes obras en lugares públicos, como la del abandonado Parque Escultórico de San Isidro, o su último trabajo en la ciudad de Astorga. También en esta exposición abundan las figuras femeninas, pero hay que reconocer que cualquier tema es bueno para esta veterana artista, que es capaz de trabajar mano a mano con los jóvenes creadores, como es el caso de Amancio, muestre su maestría. «Sí —comenta— con Amancio terminé la Maternidad de Astorga y, como ya he dicho, me ha llevado a conocer el bronce, tengo con él una gran amistad y compartimos muchas cosas».

Castorina es, pues, una joven artista, escultura y dibujante de mano segura, que de alguna manera está recomenzando una vez más su carrera. Castorina piensa que su caminar por el arte comienza cada día, que cada amanecer todo es nuevo y lleno de perspectivas que se abren. La mejor muestra de su vigencia, de su increíble juventud es la serie de trabajos que estos días muestra, para asombro de todos, en la galería der arte Ármaga.