Diario de León

«La Catedral pierde 150 kilos de piedras con una tormenta»

PSOE e IU denuncian el abandono del edificio mientras otros sectores sociales consideran inevitables los desplomes.

León

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La Catedral pierde piedras casi todos los días. «Hasta 150 kilos si hay una tormenta fuerte», dice el administrador del templo, Mario González. Por eso, asegura que cada dos o tres meses se hacen «revisiones generales». Sin embargo, «a simple vista puede parecer que no hay daños, pero el mal está dentro», explica.

El desplome de un vierteaguas, de medio metro de longitud, que se estrelló fuera del perímetro de la verja que rodea la Catedral, ha sido acogido con «normalidad» por la mayoría de la sociedad leonesa, a excepción de las voces críticas de PSOE e IU, que acusan directamente a la Junta de tener abandonado el monumento. Santiago Ordóñez, coordinador de IU, va aún más allá y culpabiliza a los propietarios (la Iglesia) de desatender el Patrimonio. «Nosotros hemos presentado iniciativas para que el monumento sea de titularidad pública y patrimonio de todos los leoneses», afirma Ordóñez.

La Junta, que ayer envió al delegado territorial, Guillermo García, a una reunión con el Cabildo, espera el resultado de las fotografías que captaron dos técnicos de una empresa privada de trabajos verticales. Eso es todo.

Ni siquiera asociaciones como Promonumenta, cuyas protestas han salvado de la ruina muchos monumentos de la provincia, ha ido más lejos de pedir una revisión general de la Catedral. La pregunta es: «¿Y si hubiera habido heridos?».

Otras catedrales góticas sufren también el ‘mal de piedra’. La diferencia está en las inversiones y las obras de mantenimiento. En 2006 una gárgola de la Catedral, con forma de cerdo y más de 50 kilos de peso se desplomaba y daba la voz de alarma sobre el estado del edificio. Cinco días después se estrellaba la segunda, que representaba un águila. En 1999 se precipitaba otra gárgola en la zona de la girola. A ellas hay que añadir la ‘desaparición’ a lo largo del tiempo de al menos otras diez. Es como si la joya gótica fuera ‘desplumándose’ año a año. La catedral de Vitoria, que ha inspirado al escritor Ken Follet, es un ejemplo de restauración. En los noventa inició un ambicioso plan de restauración integral, con un presupuesto de partida de 24 millones de euros, con el respaldo de Ayuntamiento, Diputación y Obispado.

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