La Junta busca implicar a Diputación y Ayuntamiento en el regreso de la Oscyl
Mar Sancho asegura que la Orquesta Sinfónica celebrará más conciertos en León pero no precisa cuántos.
Imagen de los músicos que integran la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.
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La directora de Políticas Culturales de la Junta, Mar Sancho, asegura que la intención de su departamento es ampliar el número de conciertos que la Orquesta Sinfónica de Castilla y León celebra en el Auditorio Ciudad de León. Sin embargo, la responsable de la Fundación Siglo no ha sabido precisar cuántos serán y de qué manera se sufragará la presencia de la Oscyl en León. «Este mismo mes comenzaremos a colaborar con los responsables de las entidades locales —Ayuntamiento y Diputación— para que se impliquen en esta nueva etapa», explica Mar Sancho quien, no obstante, prefiere no dilucidar si esta colaboración implicaría costes económicos para la provincia. «De momento se trata de un planteamiento interno y hay distintas fórmulas sobre la mesa», explica la responsable de Políticas Culturales, que añade que antes de que finalice este año ya habrá un calendario.
Mar Sancho admite también que entre los planes de la Consejería no está el de acabar con el abono de proximidad, el modelo aprobado en 2011 en virtud del cual la Oscyl se convirtió de manera tácita en una orquesta de Valladolid, y asegura que la voluntad de García Cirac es que ambos modelos puedan confluir. La directora general de la Junta reconoce que la Oscyl no es la Orquesta Sinfónica del Miguel Delibes. «No, desde luego. Es la orquesta de la comunidad». Sin embargo, entre octubre de 2015 y junio de 2016, la Oscyl celebrará en el coliseo de Valladolid 40 conciertos mientras que en los mejores tiempos del Auditorio Ciudad de León, su presencia en la ciudad no iba más allá de los seis.
La identificación entre la Oscyl y el Miguel Delibes es tan obvia que el nuevo director de la orquesta, el británico Andrew Gourlay, aseguraba el pasado jueves que su prioridad es que la Oscyl sea «un referente cultural y el centro de la vida cultural de Valladolid». Sin embargo, el presupuesto de la Sinfónica no se incluye en el del coliseo Miguel Delibes. Ambos cuentan con partidas diferentes, según reconoce Mar Sancho que, sin embargo, no pudo precisar cuáles son los fondos anuales de la Oscyl.
El abono de proximidad es un modelo que obliga a desplazarse hasta Valladolid en un viaje que comienza a las cinco de la tarde y no termina hasta bien pasada la media noche. Esta temporada habrá seis traslados de los melómanos leoneses hasta el Miguel Delibes: 6 noviembre, 15 enero, 11 marzo, 8 abril, 12 mayo y 3 de junio. La Junta, a través de la Fundación Siglo, paga el transporte y subvenciona las entradas de los asistentes. Cada espectador desembolsa entre 32 y 146 euros —los abonos tienen una subvención del 75%— por asistir a seis conciertos. Además, y como por lo general los autobuses no se llenan con los abonados, las plazas que sobran se ofertan al conservatorio al precio de 6 euros por concierto. Por contra, hay que destacar que los músicos de todas las orquestas, y los de la Oscyl no son una excepción, trabajan por semanas, es decir, cada semana preparan un programa distinto para dar uno o varios conciertos.
El gasto se limita al caché de los músicos, que es el mismo tanto si el concierto se celebra en Valladolid como si lo hace en cualquier otra ciudad de la comunidad. La única diferencia son las dietas que deben percibir los músicos por traslado. Esta remuneración no excede en otras orquestas los veinte euros por músico. Además, mover la orquesta implica unos gastos de desplazamiento, tanto de los músicos como de los instrumentos. Todo ello supone una inversión para la Junta de 2.500 euros en total en un trayecto como el de Valladolid-León. Hay que recordar que cuando viajaban a León recibían 30.000 euros por seis conciertos. Sin embargo, hasta este mismo año, la Orquesta Sinfónica exigía que el Auditorio pagara el alquiler de las partituras: entre 600 y 1.200 euros, los derechos de autor que marca la Sgae, tasa que supone el 10% del caché o de la recaudación de taquilla, así como el director invitado. Estas partidas tienen un coste que oscila entre los 3.000 y los 15.000 euros, en función del caché del director. Sin embargo, este es un gasto rígido, permanece inalterable tanto si el concierto se celebra en Valladolid como si el escenario se encuentra en cualquier otra ciudad.